Sánchez explicó que el gobierno de Evo Morales aprobó el presupuesto, que respaldará un programa de ampliación y construcción de nuevas carreteras.
Además se invertirán 350 millones de bolivianos (50 millones de dólares) en el mantenimiento, la limpieza y la rehabilitación de carreteras dañadas por lluvias en los departamentos de Beni, Santa Cruz, Cochabamba, Pando y el norte de La Paz.
“La Administradora Boliviana de Carreteras contratará a cuarenta empresas para que en los próximos seis meses haya normalidad en todas las carreteras de Bolivia”, agregó.
Otros 300 millones de dólares se gastarán en la reconstrucción de municipios afectados por la época de lluvias.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, precisó que a fines de abril comenzarán los trabajos de reconstrucción en cuatro departamentos.
“El plan es construir nuevas viviendas sociales, mejoras en los servicios públicos, recuperación del sector productivo, rehabilitación de carreteras y creación de nuevos empleos”, declaró a Radio Panamericana.
Quintana admitió que el amazónico departamento de Beni fue el más afectado por las lluvias. El municipio de Guayaramerín, fronterizo con Brasil, continúa amenazado por el desbordamiento de las aguas del río Mamoré.
Las intensas lluvias de enero y febrero causaron la peor tragedia de este tipo en 40 años, con casi un 75 por ciento de los poblados del departamento de Beni inundados y varios de La Paz y Cochabamba.
Se registraron 59 muertes, 11 desaparecidos, 12 carreteras destrozadas, 120,000 cabezas de ganado muertas, 1,730 viviendas derruidas, 61,235 familias afectadas y 39,289 hectáreas de cultivos dañados.