El Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica, que se celebra desde ayer en Detroit, cedió hoy el protagonismo a las marcas japonesas que presentaron a la prensa lo último en tecnología híbrida, como el nuevo Toyota Prius "c", que estará a la venta este año.
Esta nueva versión del primer híbrido del mercado es más pequeña, con un menor peso y una autonomía que alcanza las 53 millas por galón en ciudad (25 kilómetros por litro). Todo a un precio que rondará los 19,000 dólares, no muy por encima de competidores con motores de explosión como el Ford Fiesta o el Chevrolet Cruze.
Como dijo hoy Jim Lentz, presidente de Toyota Motor Sales, la filial de la japonesa en Estados Unidos, la gran cantidad de híbridos presentados en esta edición del Salón del Automóvil de Detroit demuestra que esta tecnología "está dando energía a la industria".
"En 1997 lanzamos el Prius, el primer vehículo híbrido de gasolina y electricidad, y cuando llegó a Estados Unidos en 2000 muchos lo llamaron la mayor tontería jamás intentada", indicó Lentz, quien dijo que el futuro pasa por vehículos de células de hidrógeno o eléctricos, de cero emisiones.
El fabricante japonés, que en 2008 quitó a General Motors (GM) el puesto de primer fabricante mundial del motor, presentó hoy también prototipo NS4, un híbrido plug-in o enchufable, que permitirá disfrutar del coche eléctrico con la asistencia en caso de emergencia de un motor de gasolina.
El NS4 integra tecnologías que marcarán el futuro del automóvil, como el fin de los retrovisores y la llegada de un conjunto de cámaras para controlar el entorno del automóvil o pantallas táctiles que pondrán el fin a las agujas, los contadores y conectará al vehículo con la popular "nube" de internet.
Con una inspiración similar, Honda presentó el concepto que marcará al nuevo Accord, que estará disponible con tracción híbrida enchufable, la cual permitirá al conductor, por ejemplo, seleccionar solo el modo eléctrico en ciudad con un alcance de hasta 15 millas (24 kilómetros) y regresar a casa para cargar el vehículo.
John Mendel, vicepresidente ejecutivo de Honda en Estados Unidos, anunció en rueda de prensa que desde 2013 todos sus modelos integrarán más cámaras y sensores, para eliminar los puntos ciegos o conocer la proximidad desde todos los lados del vehículo.
Pero las apuestas más arriesgadas vienen de las marcas que han decidido en Detroit apostar por el eléctrico puro, que no consigue despuntar por el alto precio de esta tecnología y por el inconveniente que supone su autonomía limitada.
Ricardo Reyes, vicepresidente de comunicación de Tesla, indicó a Efe que el motor de explosión es algo del pasado y que la compleja logística para proveer de petróleo a los coches que circulan por Estados Unidos auguran un gran futuro para el eléctrico.
Tesla, compañía californiana centrada sólo en el vehículo eléctrico, presentó hoy su segundo modelo alimentado por baterías, el Model S, una berlina de lujo de la que esperan vender 20,000 unidades anuales y que en su versión más potente puede recorrer 300 millas (480 kilómetros) con una sola carga.
"Somos una empresa pequeña y por el momento el mercado más rentable es el de vehículos de lujo, pero confiamos en que a partir de la tercera generación podamos llegar a un mayor número de consumidores al tiempo que se abaratan los precios", indicó Reyes.
Más de una docena de coches con versiones puramente eléctricas están siendo presentados en este salón, que cerrará sus puertas el 22 de enero, como el caso del Ford Focus, Smart, Jeep Grand Cherokee, un prototipo de Volkswagen inspirado en el Beetle llamado E-bugster o una fugoneta de Nissan, la NV200.
No obstante, las cifras y las novedades que dominan el Salón de Detroit indican que mientras la economía no mejore para la clase media las ventas la seguirán engrosando los turismos convencionales de bajo consumo de gasolina o diesel.
Si bien el número de novedades con motor eléctrico híbrido o puro son omnipresentes, los fabricantes se resisten a relegar los motores de explosión al pasado, ya que los consumidores prefieren los bajos precios y la más rápida amortización de un coche convencional.