En un comunicado, sus dos máximos responsables, Luc Chatel y Frédéric Bedin, justificaron la renuncia a esta edición "en su forma actual" por "la gravedad de la crisis sanitaria sin precedentes en la que el sector del automóvil, golpeado de lleno por la onda de choque económico, se juega su supervivencia".
Un portavoz explicó a Efe que, en primer lugar, en estos momentos "hay muchas incertidumbres" sobre la posibilidad de mantener una feria multitudinaria como ésta. El portavoz recordó que en la última edición en 2018 hubo un millón de visitantes.
Además, añadió que un salón de este tipo necesita una preparación intensa con los expositores y otros socios que en las circunstancias actuales no es posible.
Se mantienen, al menos por el momento, otros eventos paralelos en los que únicamente participan empresas y que en su mayor parte no se iban a desarrollar en el espacio ferial, en concreto Movi'On y Smart City sobre la movilidad sostenible.
Para eso se están estudiando "soluciones alternativas" en estrecha relación con los socios implicados.
Los organizadores subrayaron que "nada será como antes y esta crisis debe enseñarnos a ser ágiles, creativos y más que nunca innovadores".
La de octubre debía ser la edición número 121 del Salón del Automóvil de París, que nació en 1898.