Este año el Salón abre sus puertas el lunes 9 hasta el 22 de enero con 2,300 metros cuadrados más que en 2011 y unas expectativas al alza centradas en el retorno de los tres grandes fabricantes estadounidenses (General Motors, Ford y Chrysler) al aumento de las ventas.
Según la consultora Autodata, el pasado año, por primera vez desde 1988, los tres grandes de Detroit aumentaron su cuota de mercado en Estados Unidos hasta alcanzar el 47.2 por ciento de todas las ventas del segundo mercado mundial del motor, relegado ahora por la emergente China.
Los fabricantes coinciden en que 2012 apunta a seguir siendo año de bienes para el motor estadounidense, que en 2009 y 2010 vivió los peores años que se recuerdan en la industria automotriz del país, uno de los sectores con más vulnerables al ambiente económico.
La quiebra del gigante General Motors (GM) y del Grupo Chrysler, ahora en manos del italiano Fiat, fue un jarro de agua fría para el orgullo de Detroit, que espera que 2012 sea el que definitivamente consolide la vuelta al beneficio, el aumento de las ventas y la creación de empleo.
Para este año el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica (NAIAS, por su sigla en inglés) espera una asistencia de 750,000 personas entre el 14 y 22 de enero, cuando se abre al público general, 20,000 visitantes más que en 2011, en el que se mostrará un abanico de novedades.
Los fabricantes europeos que como los alemanes han registrado importantes aumentos de ventas en 2011, quieren seguir seduciendo a los consumidores con novedades especialmente centradas en su imagen de lujo.
GM, el primer fabricante estadounidense, quiere consolidar su resurgimiento tras la bancarrota de 2009 con novedades en la línea de compactos de Chevrolet, cuyas ventas se han mantenido sólidas en plena crisis económica por sus competitivos precios.
Además, GM presentará el Cadillac ATS 2013, con el que quiere hacer sombra a sus competidores europeos, especialmente BMW, Mercedes y Audi en el nicho de berlinas de lujo.
La principal novedad de Ford será en nuevo Ford Fusion, que como la mayoría de sus competidores se centrará en subrayar los avances en tecnología, seguridad, confort y sobre todo bajo consumo y emisiones.
El plato fuerte de Chrysler será el Dodge Dart, que también quiere conquistar el creciente mercado de coches compactos, que dominan modelos como el Ford Focus, el Hyundai Elantra o el Chevrolet Cruze, el modelo de compacto más vendido el pasado año.
Los fabricantes japoneses, especialmente Toyota, tercer fabricante por ventas en Estados Unidos en 2011, llega a Detroit con la intención reavivar su industria tras el devastador impacto en la producción del terremoto del 11 de marzo en el noreste del país.
El terremoto y posterior tsunami tuvieron un efecto muy grave en al cadena de distribución de Toyota, Nissan y Honda a nivel mundial y frenaron el camino de la recuperación que había iniciado con duros recortes y nuevas estrategias.
Toyota volverá a presentar novedades en el campo de los coches híbridos plug-in, con una mayor autonomía en régimen eléctrico, con la presentación del prototipo NS4, mientras que reservará para los amantes del lujo la presentación del Lexus LF-LC.
Otras de las novedades esperadas serán una remozada versión del Honda Accord Coupé, un nuevo todoterreno Pathfinder de Nissan o la versión de 2013 del Hyundai Genesis.
Pese al gusto de los estadounidenses por las grandes cilindradas y los grande espacios sobre las cuatro ruedas la crisis tendrá su impronta en el Salón de Detroit, ya que el protagonismo será para los coches compactos y los motores de bajo consumo.
El aumento de los precios del petróleo y la incertidumbre económica ha llevado a los fabricantes estadounidenses a adaptar su producción a modelos más económicos, mientras siguen explorando la viabilidad de los coches híbridos o eléctricos.