El PIB creció sólo 0.8 por ciento en el primer trimestre del año, su menor avance en tres años, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Por ende, las perspectivas inflacionarias se han deteriorado. México se situó como el peor país de la Organización para la Cooperación y Desarrollos Económicos (OCDE), con una inflación de precios de alimentos de 9.5 por ciento; casi cinco veces el promedio que es de 2.0 por ciento.
Ante esta situación, GfK (una de las empresas de investigación de mercado más importantes del mundo) llevó a cabo un estudio en las tres principales ciudades del país: Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey durante mayo pasado, en donde se muestra que una serie de aspectos negativos están impactando la vida cotidiana de los mexicanos y el incremento en los precios es de los más importantes.
Por ello, las marcas y empresas deben generar o diseñar nuevas estrategias de marketing --considerando que 3 de cada 4 personas-- piensan modificar sus hábitos ante un incremento en precios.
Este estudio, que se aplicó a 1,000 personas entre hombres y mujeres de 14 años en delante, de todos los niveles socioeconómicos, señala que los ciudadanos en primer lugar han percibido un incremento en la inseguridad en un 68 por ciento.
Le sigue la percepción de un incremento en bienes básicos y alimentos con un 54 por ciento, un incremento en la corrupción del 52 por ciento y un empate, en cuarto sitio, con aumento del desempleo y mayores problemas de tráfico.
Y en los últimos tres sitios, mayor cantidad de basura en las calles con 42 por ciento, incremento en los precios de los servicios con 40 por ciento y con un 38 por ciento, mayores fallas del transporte público.
El aumento en precios que la población ha notado considerablemente en el 2013 lo encabeza la gasolina con 59 por ciento, lácteos, congelados y embutidos con 54 por ciento; luz, agua y teléfono con 43 por ciento; cigarros y medicamentos empatan con 35 por ciento; pan, botanas y dulces con 33 por ciento; refrescos con 31 por ciento; limpiadores y detergentes con 24 por ciento; café con 23 por ciento; electrónicos con 21 por ciento; línea blanca con 20 por ciento; belleza personal con 17 por ciento; e internet con 15 por ciento.
Esta percepción está ligada a un incremento de precios de acuerdo al Índice Nacional de precios al Consumidor 2013, ya que de enero a abril de este año, el Índice subió de 107.7 a 109.1; mientras que el Índice de Confianza del Consumidor en la economía bajó de 100 en enero a 95.2 a mayo.
Asimismo, este estudio arrojó que ante un incremento en precios, 60 por ciento de los mexicanos cambiaría sus hábitos de consumo, reduciendo cantidades y/o comprando otras marcas y sólo un 24 por ciento seguiría comprando igual.
Además, un 53 por ciento señaló que cambiaría su lugar de compra para algunas o todas sus compras, mientras que el 29 por ciento compraría en el mismo sitio.
En este mismo sentido, poco más de una tercera parte de los mexicanos buscará ofertas y promociones en todas sus compras y un 30 por ciento adicional lo hará de manera selectiva, sólo un 11 por ciento no le interesa buscar ofertas y promociones.
El número de mexicanos que cambiaría su marca favorita por otra más barata ante una crisis económica es significativamente alto, en todas las categorías, el porcentaje rebasa el 50 por ciento, oscila entre el 52 como mínimo en medicamentos y 63 por ciento en lácteos como máximo.