El aumento gradual en el precio del combustible, es ampliamente conocido por los mexicanos. De acuerdo con la encuesta en vivienda realizada en enero de este año, por Parametría, nueve de cada diez mexicanos (89 por ciento) saben que hasta el año 2014, el precio de este producto se incrementaba cada mes. El porcentaje de personas que conocen de este aumento —como habría de esperarse— es mayor en los ciudadanos que cuentan con automóvil (96 por ciento).
Se prevé que en tres años el precio de la gasolina se libere, esto derivado de la reforma energética que se aprobó el año pasado, y que entre el 2015 y el 2017 los precios máximos aumenten de manera consistente con la inflación. Este nuevo esquema por el que se fijó el precio del combustible tuvo repercusión en el 70 por ciento de la población, quienes se enteraron que a partir de este año ya no habrá aumentos mensuales, sino que será un solo aumento anual. Nuevamente la medida tuvo mayor impacto en las personas que cuenta con automóvil (85 por ciento).
A diferencia otros países como Estados Unidos, el precio de la gasolina en México no se define por la oferta y la demanda, sino que es controlado por el gobierno, esta información es conocida por ocho de cada diez entrevistados, quienes señalaron que quien determina el aumento de la gasolina, es el gobierno federal. Este porcentaje es once puntos mayor a lo registrado en agosto del 2013, cuando realizamos la pregunta por primera vez. El gobierno estatal y los dueños de las gasolineras fueron los otros actores mencionados, pero con porcentajes mucho menores.
Este dato resulta importante porque los ciudadanos identifican que es el gobierno quien señala cuál es el precio del combustible, así que un incremento considerable en el mismo puede tener costos para el gobierno en turno.
A pesar de las declaraciones oficiales que ha hecho la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el tema, los mexicanos se muestran escépticos en creer que la gasolina en el país ya no tendrá más aumentos este año, así lo señaló el 57 por ciento de la población, contrario al 24 por ciento que afirma lo contrario. El porcentaje de personas que esperan aumente el precio del combustible es mayor entre quienes poseen automóvil (57 contra 62 por ciento).