El informe ha sido presentado hoy en un acto que ha contado con la participación de algunos de los representantes del sector, principalmente fabricantes e importadores, y con la notable ausencia de la patronal de los concesionarios.
En una mesa redonda en la que se debatieron las propuestas de reorganización de la distribución se puso de manifiesto la necesidad de una hoja de ruta para que el sector sea tenido en cuenta como uno de los principales en la recuperación económica de España.
En relación a la distribución, el informe apunta una serie de variables decisivas sobre las que deberán trabajar las compañías del sector, entre ellas la profesionalización, el cumplimiento normativo, la reorganización de las estructuras, la flexibilidad en las relaciones entre fabricantes y concesionarios y la denominada trazabilidad del producto para dar transparencia al mercado.
El estudio de PwC hace especial hincapié en la profesionalización, ya que la actual coyuntura del mercado obliga a la industria a disponer de profesionales cualificados y con equipos y maquinaria avanzada, para ser capaces de atender las demandas de un cliente cada vez más exigente.
El cliente es precisamente el eje de esta transformación del sector de la distribución, de forma que la relación con él ha de ser gestionada mejor.
El estudio destaca el elevado nivel de regulación al que está sometido el sector de la distribución del automóvil en España, que es imprescindible para la protección del consumidor y del medio ambiente.
Sin embargo, existe un cumplimiento normativo desigual por parte de algunos agentes del sector y ello impide el desarrollo de la libre competencia, incide en la reputación del sector y tiene efectos negativos sobre los compradores.
En este sentido, el informe propone impulsar una línea de trabajo con las Administraciones Públicas para impulsar el cumplimiento normativo en el sector.
Los cambios en el mercado, añade PwC, requieren que las marcas se adapten mediante una profunda reorganización, que debe ser acometida de forma ordenada y acordada con los concesionarios.
Para ello se proponen algunos desafíos, como la adecuación de las redes al potencial real y futuro del mercado, que le permita asegurar una rentabilidad a largo plazo.
Los concesionarios, además, tiene que ser más flexibles creando centros de servicios compartidos y buscando nuevas fórmulas societarias para reducir costes fijos y aprovechar economías de escala, o adoptando nuevas fórmulas de financiación para garantizar su supervivencia.
El proceso de reconversión, según PwC, pasa por dar el salto de una gestión basada en la venta y entrega del producto a otra centrada en el servicio.
Hay que aprovechar nichos de mercado, como son el alquiler a largo plazo (renting), las flotas de organizaciones o el vehículo de ocasión, que aún tiene un gran potencial de desarrollo.
En el informe se pone especial énfasis en la trazabilidad del vehículo, mediante un sistema de registro que garantice al consumidor información fiable en el momento de vender o adquirir un automóvil.
En este punto se considera necesario por en marcha un registro público para que pueda ser conocido en todo momento el estado y valor de los automóviles.