El líder mundial del motor por volumen de ventas logró un beneficio operativo de 2,99 billones de yenes (21.764 millones de euros), un 36,3 % interanual más, según sus resultados publicados este miércoles correspondientes al período comprendido entre abril de 2021 y el pasado 31 de marzo.
Los ingresos por ventas del gigante japonés crecieron en un 15,3 %, hasta los 31,37 billones de yenes (228.342 millones de euros), pese a las repetidas interrupciones de su producción relacionadas con la pandemia de covid-19.
Estos resultados reflejan "el comienzo del repunte de la economía mundial" tras el impacto de la crisis sanitaria global y, en particular, una "demanda firme" de vehículos en Estados Unidos, China y Japón, sus principales mercados, según explicó Toyota en un comunicado.
El fabricante con sede en Aichi (centro de Japón) colocó 8,23 millones de vehículos el pasado ejercicio, un aumento del 7,6 % interanual.
Toyota logró así capear un ejercicio complicado por las restricciones derivadas de la pandemia en diversos países que causaron cuellos de botella en la cadena de suministro, por la crisis de los semiconductores y por la subida de las materias primas.
El director financiero de la firma, Kenta Kon, señaló hoy en rueda de prensa que estos desafíos han llevado a la empresa "a tratar de reducir la cantidad de materiales" empleados en sus plantas, así como a buscar "vías alternativas de suministro".
Además, al igual que otros grandes exportadores nipones, se vio afectado por la continuada depreciación del yen frente a otras divisas, una tendencia que encarece aún más el coste de los materiales y componentes importados, aunque también incrementa el valor de sus ingresos al repatriarlos.
El efecto favorable de la divisa nipona en el beneficio operativo de la compañía ascendió a 610.000 millones de yenes (4.444 millones de euros), mientras que los esfuerzos de reducción de costes permitieron a la empresa ahorrarse 360.000 millones de yenes (2.622 millones de euros).
Toyota, no obstante, prevé un 2022 más complejo debido al encarecimiento sostenido de los materiales y a los nuevos problemas de suministro por el repunte del coronavirus en China y las medidas de confinamiento en el gigante asiático, que también afectarán a la demanda de sus vehículos.
En la víspera, el fabricante nipón anunció precisamente la suspensión de sus operaciones en 14 plantas de producción en Japón durante al menos seis días debido a las prolongadas restricciones en Shanghái, lo que recortará su producción doméstica mensual en 50.000 unidades y se suma a otros cierres temporales de plantas niponas por la falta de semiconductores.
En este contexto, Toyota prevé un descenso de su beneficio neto del 20,7 %, hasta los 2,26 billones de yenes (16.443 millones de euros), para el ejercicio fiscal en curso, que se prolongará hasta finales de marzo de 2023.
Las estimaciones de la compañía apuntan a un descenso de su beneficio operativo del 19,9 %, a pesar del incremento previsto de las ventas del 5,2 %.
Tras la publicación de sus resultados durante el tramo final de la negociación en la Bolsa de Tokio, las acciones de Toyota terminaron con una caída del 4,43 %.
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