Al igual que muchos fabricantes europeos, empresas como Hyundai Motor y su filial Kia temen que esta ley les haga perder terreno en el mayor mercado mundial de vehículos debido a que fabrican sus modelos eléctricos principalmente en plantas nacionales antes de exportarlos a EE.UU.
"Algunos exportadores europeos como Alemania o Suecia han compartido su preocupación con nosotros. A partir de septiembre, mantendremos consultas activas con la UE y otros países en nuestra misma situación para explorar respuestas conjuntas", dijo hoy a medios locales el viceministro de Industria surcoreano, Jeong Dae-jin.
El propio ministro de Industria, Lee Chang-yang, aseguró ayer mismo ante el Parlamento que el Gobierno meditaría si llevar el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por violación de su principio de no discriminación.
No obstante, el viceministro Jeong, en declaraciones que recoge la agencia Yonhap, aclaró este jueves que plantear una queja ante la OMC es "un último recurso" y que la intención de Seúl es dialogar con Washington cara a cara sobre la implementación de la ley.
De hecho, varios funcionarios surcoreanos de alto rango tienen previsto viajar a EE.UU. esta semana, mientras que el ministro de Comercio, Ahn Duk-geun, prevé reunirse con representantes estadounidense para tratar la mencionada ley durante la visita que tiene planeada a Washington en septiembre.
La Ley para la Reducción de la Inflación, medida estrella del presidente Joe Biden con la cual espera mejorar los apoyos para los demócratas en las legislativas de noviembre, amplía las exenciones fiscales para la compra de vehículos eléctricos, pero solo para aquellos ensamblados en EE.UU., que además deben montar baterías fabricadas íntegramente en el país norteamericano.
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