El organismo de Naciones Unidas recordó que México tuvo en 2016 un crecimiento económico real de 2.3 por ciento “impulsado por la demanda interna, en particular por el consumo privado, ya que el sector externo tuvo un desempeño negativo”.
Indicó que la expansión proyectada para este año, 0.1 puntos porcentuales menos que 2016, se explica por “las mayores tasas de interés y la incertidumbre en los flujos de inversión y de comercio internacional debido a las posibles políticas proteccionistas de Estados Unidos”.
En su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2017, la Cepal añadió que la inflación interanual a diciembre pasado alcanzó un 3.4 por ciento (2.1 por ciento en 2015) y se espera que cierre este año en 5.9 por ciento “producto del traspaso de la depreciación del tipo de cambio y el aumento del precio de la gasolina”.
La tasa de desempleo, mientras, se ubicó el año pasado en 3.9 por ciento en promedio (4.3 por ciento en 2015), y se espera que se mantenga sin cambios en 2017.
El déficit fiscal del sector público, mientras, alcanzó un 2.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado (3.5 por ciento en 2015) “gracias a los esfuerzos del gobierno federal por consolidar el gasto y fortalecer la recaudación”, tasa que se reduciría a 2.4 por ciento en 2017.
“Los ingresos del sector público aumentaron un 10.4 por ciento real anual, impulsados por el buen desempeño de los ingresos no petroleros (15.2 por ciento). Destacó el incremento de la recaudación tributaria (11.9 por ciento) gracias a la reforma fiscal de 2013 y a un mayor esfuerzo de fiscalización”, indicó la Cepal.
Agregó que “la mayor recaudación tributaria permitió compensar la contracción del 9.0 por ciento de los ingresos petroleros del sector público (que en 2016 tuvieron un peso del 16.3 por ciento en el total de los ingresos en comparación con un 35.4 por ciento en 2013)”.
Recordó que la cobertura sobre el precio del petróleo (un seguro contra la caída de los precios del petróleo) “otorgó al gobierno federal ingresos no tributarios por 2,650 millones de dólares, atenuando la caída de los ingresos provenientes de la venta de crudo”.
Precisó que en 2016 “la política económica (mexicana) continuó enfocada en preservar la estabilidad macroeconómica del país en un entorno económico adverso vinculado principalmente a la desaceleración económica internacional y a una marcada reducción de los precios internacionales del petróleo que impactó a las finanzas públicas”.
La Cepal también citó en su informe que en diciembre de 2016 se realizó la cuarta fase de la primera ronda de la licitación para la exploración y explotación de petróleo en aguas profundas del Golfo de México “con resultados sobresalientes”.
“Este éxito podría traducirse en inversiones por alrededor de 41,000 millones de dólares a lo largo de 35 a 50 años, y en la producción adicional de unos 900,000 barriles diarios, equivalente a un 40 por ciento de la producción actual”, añadió el reporte.
En materia de exportaciones totales de bienes, éstas disminuyeron el año pasado a una tasa interanual de 1.8 por ciento “producto de una reducción del 0.6 por ciento de las exportaciones no petroleras y de una caída del 19.1 por ciento de las exportaciones petroleras”.
“El valor de las importaciones totales de bienes cayó un 2.1 por ciento debido a descensos de las importaciones no petroleras (-1.8 por ciento) y petroleras (-5.2 por ciento)”, detalló.
Las remesas familiares, por otra parte, alcanzaron los 26,972 millones de dólares en 2016, un 8.8 por ciento más respecto a 2015, mientras que los ingresos por turismo sumaron 19,571 millones de dólares (10.4 por ciento más que en 2015), con casi 35 millones de turistas internacionales.
En el primer trimestre de 2017 el flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) llegó a alrededor de 7,900 millones de dólares, un 26.1 por ciento menos que en el mismo período de 2016.