En su informe de Perspectivas Económicas Globales (GEP), el Banco Mundial previó que el aumento de las inversiones respalde un crecimiento “moderadamente más alto” para la economía mexicana de 2.3 por ciento en 2018 y de 2.5 por ciento en 2019.
“En México, se proyecta que el regreso de un crecimiento positivo de la inversión apoye el crecimiento a lo largo del horizonte de las perspectivas, en tanto se espera que el consumo privado se estanque en tasas más bajas que en años recientes”, indicó su análisis.
No obstante, la institución apuntó que “el bajo nivel de las ventas minoristas y la escasa confianza de los consumidores” sugieren una moderación en el consumo privado.
El BM precisó que, en el caso de México, los principales riesgos a la baja emanan de los canales internacionales de comercio.
“Un desenlace adverso de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría contener el crecimiento en México”, anotó el informe.
Agregó que acciones de restricción comercial de China o de Estados Unidos podrían tener efectos negativos en toda la región en áreas como el comercio, la confianza y los mercados financieros y de materias primas. Además, alertó que podrían alentar mayor apoyo político al proteccionismo.
Señaló por ejemplo que medidas proteccionistas en la forma de incrementos de aranceles podrían reducir las exportaciones desde América Latina de manera significativa.
Sin embargo, bajo otro escenario, otros productos se podrían ver beneficiados, como la soya o el maíz si tienen lugar incrementos de aranceles de China contra las exportaciones de Estados Unidos.
A nivel latinoamericano, el BM observó que el crecimiento económico se esta? acelerando, impulsado por condiciones de financiamiento interno y externo favorables, una mayor solidez en el crecimiento de Estados Unidos y el aumento en los precios de los productos básicos.
Al respecto previó un crecimiento regional a 1.7 por ciento en 2018 (un nivel menor al proyectado inicialmente) y un 2.3 por ciento en 2019.
El Banco Mundial explicó que la revisión a la baja de las previsiones se debe a que la contracción registrada en Venezuela “es mucho mayor que la que se había proyectado en enero”, y refleja también el menor crecimiento de Argentina.
No obstante, espera un repunte en la mayoría de los grandes exportadores de productos básicos, principalmente como reflejo de un impulso positivo en el consumo privado.
Por ello anticipó la continuidad de la recuperación cíclica en curso en Brasil, con un pronóstico de crecimiento por encima de dos por ciento este año y en 2019. En Chile, Colombia y Perú previó una aceleración del crecimiento en 2018 y 2019.
En Argentina, sin embargo, el crecimiento se desacelerará para situarse en 1.7 por ciento este año debido a la restricción monetaria y fiscal y a los efectos de la sequía, y permanecerá en un nivel bajo, de 1.8 por ciento, en 2019.
“La inversión en la región se está recuperando tras una profunda contracción, y el aumento de las exportaciones ha contribuido a reducir los déficits de cuenta corriente en Brasil y México, entre otras economías”, apuntó.
En Brasil, Argentina y Chile, tres de los principales exportadores de productos básicos de la región, el crecimiento de la producción industrial fue considerablemente mayor en el primer trimestre de 2018 que en el mismo periodo del año anterior.
El aumento de las ventas minoristas fue más alto en Brasil y en Chile, lo que respaldá la actividad económica. Sin embargo, la sequía perjudico? la producción agrícola en Argentina.
En el Caribe, siempre de acuerdo con el informe, la fuerte demanda externa está beneficiando a las economías exportadoras de servicios, y la afluencia de turistas alcanzó el año pasado una cifra récord, a pesar de los acontecimientos meteorológicos extremos.