Lujo en época de austeridad: el BCE ultima su nueva sede millonaria

Lujo en época de austeridad: el BCE ultima su nueva sede millonaria

A dos semanas de que los primeros camiones de mudanzas se pongan en marcha, el Banco Central Europeo (BCE) ultima los detalles de su nueva sede millonaria: una gigantesca torre de cristal compuesta por dos torres internas sobre la base de lo que era el antiguo mercado central con cascadas incluidas.
Han pasado cinco años desde que comenzarán con los trabajos para levantar la nueva sede, mucho más desde que empezaran a planearla. Ahora ha llegado el momento de decir adiós a la antigua "Eurotower" en el centro financiero de Frankfurt.

"También el presidente del BCE, Mario Draghi, cambiará de escritorio en noviembre", aseguró hoy el director del proyecto del nuevo edificio, Thomas Rinderspacher, en la última visita guiada por las obras antes de que la nueva sede entre en funcionamiento. De momento no hay una fecha prevista para la fiesta de inauguración que se prevé tendrá lugar ya el próximo año.

Con una altura de 185 metros y un coste estimado actualmente en 1,300 millones de euros (1,520 millones de dólares), que lo convierten en uno de los edificios más caros de Alemania, el nuevo hogar del guardián del euro -a tres kilómetros de la antigua sede- se alza de manera imponente en el horizonte de la ciudad alemana.

A través de la entrada principal los trabajadores accederán al interior del luminoso edificio del antiguo mercado central de los años veinte, cuya estructura protegida han tenido que respetar. Una vez allí deberán atravesarlo para llegar a sus oficinas en alguna de las dos torres acristaladas de 165 y 185 metros de altura.

Las dos torres se encuentran comunicadas por plantas intermedias concebidas como plataformas para que los empleados se puedan encontrar. "Allí los trabajadores se pueden sentar juntos ante una de las mejores panorámicas. Es un nuevo tipo de concepto", indica el arquitecto Wolf D.Prix.

El nuevo edificio, que cuenta con cascadas artificiales, ha sido diseñado por el estudio de arquitectura Coop Himmelb(L)au y ofrece espacio para 2,900 trabajadores.

"Aún debe ser limpiado en profundidad", se disculpa Rinderspacher por los escombros que aún pueden verse en algunos rincones después de que la mayoría de los 1.400 obreros se hayan ido ya.

Él ha visto pasar a tres presidentes y cinco consejos de gobierno desde que comenzaron con los planes. "Soy uno de los pocos que ha estado desde el principio hasta el final", reconoce.

Con un rápido ascensor se accede a seis metros por segundo al piso 41 del edificio. Aquí se encuentra la entrada a la nueva sala del consejo de gobierno del BCE, es decir, la sala donde una vez al mes sus miembros se reunirán para decidir sobre la política monetaria y hablar sobre el nivel de las tasas de interés o de los peligros de una posible deflación en la eurozona.

La antigua sala en la Eurotower estaba revestida de madera con sillas negras y ventanas tapadas con cortinas. La nueva es completamente diferente. Tres paredes acristaladas ofrecen una vista espectacular sobre los edificios más altos de Fráncfort. Mientras, las sillas aún sin desembalar son de cuero de color beige claro.

Sobre sus cabezas habrá un techo de metal en forma de olas irregulares. "Es un mapa estilizado de Europa", aclara Prix. "Si tuviera que elegir una de las salas como oficina elegiría ésta", comenta Prix. "Es la sala más bonita".

Bajo la sala del consejo de gobierno del BCE en la torre sur se encuentran tres pisos para los altos cargos del organismo. Una planta para el presidente, Mario Draghi, y su vicepresidente junto a otras dos oficinas para otros miembros del directorio.

El lujoso e imponente edificio del BCE sorprende en un momento donde la austeridad parece haberse convertido en la máxima de la zona euro. No obstante, la entidad europea puede hacer frente sin problemas al elevado coste de la nueva sede gracias a sus beneficios, a pesar de ser una cifra bastante superior a los 850 millones de euros previstos en un primer momento.

Con casi tres años de retraso, el BCE podrá mudarse a su nuevo hogar a la vez que comienza con su nuevo trabajo como supervisor bancario único (4 de noviembre), uno de los ejes fundamentales de la unión bancaria. Comienza el año cero de la Unión Bancaria y nada mejor que hacerlo con una nueva cara.

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