Durante su intervención en el Foro Nueva Economía en Madrid, Lamy aseguró, no obstante, que la capacidad ejecutiva de la OMC en estas negociaciones comerciales multilaterales "es limitada", ya que depende también de la voluntad de acuerdo de países como Estados Unidos o China.
Lamy confió, sin embargo, en que en la próxima reunión que se celebre a finales de año pueda "haber alguna buena noticia" sobre la simplificación de los procedimientos aduaneros en el mundo, y reiteró que una regulación internacional fronteriza sería lo más beneficioso.
Aseguró que el coste de transportar bienes y servicios a través de las fronteras se sitúa cerca del 10 por ciento, lo que supone "un problema importante" y apostó por reducir este costo.
En el mismo sentido, Lamy también abogó por un tratado multilateral que proteja las inversiones extranjeras en países como Argentina o Bolivia.
Cuando se va a cumplir un año de la expropiación de la empresa española YPF en Argentina, el director general de la OMC indicó que hay unos 5,000 tratados de protección de inversiones bilaterales pero ninguno multilateral y "esta es una pieza muy importante que falta en la gobernanza global".
Al respecto, dijo que será China la que pueda impulsar esta regulación mundial debido a que con la gran expansión de este país y de sus inversiones en el extranjero "le interesará objetivamente sugerir que se llegue a un régimen de inversiones donde las reglas del juego sean internacionales".
Pascal Lamy abandonará la dirección de la OMC antes del 1 de septiembre y reconoció que concluye su mandato con sentimiento de responsabilidad por no haberse cerrado las conversaciones de Doha, aunque también señaló que lo importante no es un acuerdo "estético" sino abrir el comercio a "un campo de juego igualitario".