“Una salida de Grecia es una posibilidad”, dijo Lagarde. Si bien semejante escenario “no sería un paseo por el parque”, tampoco supondría un riesgo muy grande para el euro. Las declaraciones de Lagarde se dan en el marco de la cumbre de ministros de Finanzas del grupo de los siete países más industrializados del mundo (G7) en Dresde, en el este de Alemania, y reflejan la creciente impaciencia de los acreedores internacionales con Atenas.
Otra prueba es que Lagarde considera “muy improbable” una solución integral a los problemas de deuda griegos, contradiciendo las declaraciones de funcionarios del gobierno de Atenas, que habían adelantado que se encuentran cerca de alcanzar un acuerdo. Lagarde recordó que en las últimas semanas los negociadores se han sentido una y otra vez “desilusionados” por la postura de Atenas y señaló que aún queda, a su juicio, “mucho campo por arar”.