"En los momentos de agotamiento del crecimiento mundial, es lógico dar prioridad a reformas que van a dinamizar la demanda a corto plazo", indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe anual sobre las reformas estructurales publicado este viernes.
Aunque las prioridades varían de un país a otro, la economista jefe de la organización, Laurence Boone, señala la educación como la más compartida porque resulta "indispensable" para garantizar el empleo a las generaciones actuales y futuras.
Boone muestra inquietud porque el ritmo global de esas reformas ha vuelto al nivel "modesto" que tenía antes de la crisis, aunque no se pueda generalizar y ciertos países han aplicado algunas de las que se les venían recomendando años atrás.
Cita en particular a Francia -que ha mejorado la negociación colectiva y la seguridad jurídica en los despidos- y a Japón, que ha aumentado la oferta de guarderías y ha adoptado nuevas leyes sobre las horas extraordinarias para un mejor equilibrio entre la vida privada y profesional.
También celebra que Estados Unidos haya bajado el impuesto de sociedades y modificado la fiscalidad de las empresas o que España, Grecia y Polonia hayan tomado medidas para aumentar la recaudación de impuestos con los sistemas de declaración en línea.
Los autores del informe advierten de algunas tendencias preocupantes desde el estallido de la crisis hace más de diez años que a su juicio justifican más reformas y más rápidas.
El Producto Interno Bruto (PIB) por habitante progresa a una cadencia mucho más limitada que antes por una evolución decepcionante de la productividad que se atribuye a diversas causas, como el descenso de la inversión o un menor dinamismo en la difusión de las tecnologías y de nuevas prácticas de gestión.
Aunque las tasas de empleo y de paro han vuelto, en términos generales, a los niveles precedentes a la crisis (con algunas notables excepciones en Grecia, España, Francia, Italia y Turquía), una parte de los nuevos puestos de trabajo son de peor calidad: a tiempo parcial o temporales.
Además, el nivel de vida de las familias con bajos recursos no ha aumentado en muchos países de la organización.
La OCDE hace notar que para que muchas políticas nacionales sean eficaces y eficientes habrán de ir acompañas de una cooperación multilateral con reglas comunes sobre todo en relación con el cambio climático, el fraude fiscal y la transferencia de los beneficios de las empresas, la competencia, los intercambios y las migraciones.
Por primera vez este año, el estudio sobre las reformas estructurales, incorpora consideraciones medioambientales de forma explícita a la hora de fijar sus recomendaciones.
Eso se traduce, por ejemplo, en que una de las cinco grandes prioridades para China (que aunque no es miembro de la OCDE tiene un capítulo propio) es afrontar la contaminación atmosférica.
También en la petición para que la Unión Europea y Australia tomen medidas para atenuar el impacto del cambio climático o para que la misma UE y otras economías desarrolladas supriman progresivamente las subvenciones para la agricultura intensiva.