La hora de la verdad: BCE ultima los detalles de la compra de deuda

La hora de la verdad: BCE ultima los detalles de la compra de deuda

Tras casi seis meses de discusiones e intensa diplomacia, todas las miradas volverán a dirigirse este jueves hacia Frankfurt a la espera de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, anuncie lo que todos esperan: un programa de compra de deuda pública.

Si todo se desarrolla según lo previsto, Draghi presentará su polémico programa conocido como flexibilización cuantitativa o Quantitative Easing (QE) para comprar bonos públicos e inyectar liquidez en los mercados, siguiendo los pasos de la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón.

Casi nadie duda de que el italiano sacará la artillería pesada para luchar contra la persistente amenaza de una espiral deflacionista en Europa y contra las dificultades que atraviesa para salir por fin de la crisis y evitar cualquier riesgo de caer en una nueva recesión.

El euro lleva tiempo marcado por la supervivencia caminando al borde del precipicio. Para recuperar el camino de la estabilidad, Draghi está dispuesto a hacer todo lo necesario, por muy duras que sean las críticas desde Alemania.

A Draghi ya no le quedan muchos ases en la manga. La semana pasada ya reconoció que no tienen "infinitas posibilidades" y recordó que "nos encontramos en una situación en la que deberíamos bajar aún más los tipos de interés, pero eso ya no es posible. En este punto debemos aplicar medidas no convencionales, o sea, modificar el tamaño y la combinación del balance del BCE", explicó en entrevista con el semanario alemán Die Zeit.

La decisión se tomará por mayoría en la reunión mensual del consejo de gobierno del BCE con la previsible oposición del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann.

La inevitable decisión empujó las últimas semanas a numerosos economistas de la mayor economía alemana a hacer campaña contra un programa que califican de "error" y que en su opinión sólo servirá para que los países en crisis se relajen y abandonen el camino de las reformas.

"Con este programa, el BCE quita la presión a Italia y Francia para acometer las reformas necesarias y ahorrar", señaló esta semana el economista alemán Lars Feld, uno de los cinco sabios que asesoran al gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel.

Incluso la propia mandataria alemana volvió a recordar la necesidad de emprender reformas. "Se debe mantener la presión para mejorar la competitividad en Europa, sino nada, absolutamente nada nos ayudará", afirmó. Sin embargo, recordó que "el BCE toma sus decisiones en todo caso de manera independiente".

Se espera que mañana se desvelen las grandes incógnitas sobre la calificada como "revolución en política monetaria en Europa" por el diario alemán "Handelsblatt" como, por ejemplo, quién comprará la deuda estatal y quién será el responsable ante posibles pérdidas.

El presidente del banco central francés, Christian Noyer, propuso fijar un límite en las compras de deuda y que ésta recayera sobre los bancos nacionales. Cada banco central podría retirar del mercado un máximo de 20 ó 25 por ciento de la deuda de su país, algo que contaría con el beneplácito de Alemania.

En los círculos próximos al BCE se habla de un programa de 500,000 millones de euros (581,000 millones de dólares). No obstante, de acuerdo al diario económico alemán Handelsblatt, este programa podría alcanzar hasta los 700,000 millones de euros.

"Espero que el BCE intente sorprender de manera positiva a los mercados y anuncie un programa con un objetivo flexible de un billón de euros", declaró Marcel Fratzscher, presidente del Instituto de Investigación Económica (DIW) de Berlín, al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.

"Sólo con la compra de hasta un billón de euros el BCE podría alcanzar su objetivo de tener un balance de casi tres billones de euros y estabilizar las expectativas de inflación", agregó el prestigioso economista que trabajó en el pasado en el BCE.

A la espera del anuncio del BCE, Draghi parece contar ya con luz verde desde la Justicia europea después de un dictamen emitido por Pedro Cruz Villalón, abogado general del Tribunal de Justicia de la UE, que estableció que la compra de bonos estatales es "compatible, en principio" con los Tratados de la UE.

El dictamen estableció así la legalidad del programa anunciado en 2012, más conocido por sus siglas en inglés OMT (Transacciones Monetarias Directas) para comprar deuda estatal de países en crisis bajo determinadas condiciones, que nunca llegó a ponerse en marcha y de cuya legalidad duda Alemania.

El programa actual iría más allá y consistiría en la compra de activos en el mercado, que el BCE paga con dinero nuevo que emite. Así se amplía el balance, tanto de activos como de pasivos, del banco. Se usa cuando las clásicas bajadas de tipos dejan de tener efecto como es el caso de la eurozona donde el tipo de interés del BCE está en el mínimo histórico de 0.05.

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