Los datos preliminares dados a conocer este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son poco alentadores, puesto que entre septiembre y octubre la economía solo aumentó un 0.1 por ciento respecto al trimestre anterior, en cifras desestacionalizadas (sin factores coyunturales por temporada).
En comparación anual, el dato es todavía más duro, puesto que en el tercer trimestre de 2019 el Producto Interior Bruto (PIB) cayó un 0.4 por ciento respecto al mismo lapso del año anterior.
El bajo crecimiento en le tercer trimestre respecto al trimestre anterior se debió a la caída del 0.1 por ciento del sector secundario y el estancamiento del 0 por ciento del sector terciario, que no pudieron ser compensadas por el avance del 3.5 por ciento del primario, cuya aportación al PIB es muy reducida.
"Nos preocupa la desaceleración del sector servicios, provocada por un aumento del desempleo que deriva en un menor consumo de las familias", contó a Efe Alejandro Saldaña, gerente de Análisis Económico del Banco Ve Por Más.
Saldaña advirtió también que el sector industrial lleva cuatro trimestres de caída por "una menor producción de petróleo y un menor dinamismo en la inversión en construcción".
Al borde de la recesión
Con el débil crecimiento trimestral del 0.1 por ciento, la economía mexicana esquivó por la mínima los números rojos, luego de dos trimestres agónicos en los que el país estuvo a punto de sufrir una recesión, que se da cuando se encadenan dos trimestres seguidos con decrecimiento.
Entre enero y marzo, la economía mexicana cayó un 0.1 por ciento respecto al trimestre anterior y entre abril y junio tuvo un crecimiento económico nulo, del 0 por ciento, por lo que el país consiguió esquivar una recesión aunque el gobierno admitió que el país atraviesa una desaceleración.
Con todo, el Banco Ve Por Más revisó este miércoles la perspectiva de crecimiento del país para 2019 y la situó en un escueto 0.1 por ciento, mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la cifró este martes en un 0.2 por ciento.
Se sumaron así a muchas otras instituciones financieras que están revisando sus pronósticos a la baja, como hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI), que rebajó su perspectiva para México del 0.9 al 0.4 por ciento.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido durante buena parte del año que cerraría 2019 con un crecimiento del 2 por ciento, una promesa que ya parece totalmente descartada.
Por ello, en las últimas semanas ha cambiado su discurso al darle más importancia a la redistribución de la riqueza y al bienestar de la población en lugar de las cifras de crecimiento del PIB.
Perspectivas a futuro
Saldaña subrayó que para conseguir un mejor desempeño económico en 2020, el gobierno debe incrementar su inversión y evitar que se repita un subejercicio del gasto público, puesto que el gobierno no gastó 9,000 millones de dólares de los presupuestados en la primera mitad del año.
"Es importante que lo que se presupuesta se ejerza", señaló el analista económico, quien añadió que el inicio de obras públicas como el nuevo aeropuerto capitalino en la base militar de Santa Lucía, en el céntrico Estado de México, y la refinería en el suroriental estado de Tabasco todavía no han impactado todavía en la economía.
Con una visión más optimista, Saldaña confió que las menores tasas de interés -hoy en el 7.75 por ciento- tendrán un impacto positivo para el año próximo, así como al presentación de un plan de política industrial por parte del gobierno.
También dijo que la ratificación del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, bautizado como T-MEC, prevista para los próximos meses, "ayudaría a disipar esta incertidumbre en la economía".
El gobierno de México sostuvo el pasado viernes que la Cámara de Representantes estadounidense iniciará en "las próximas semanas" el proceso de ratificación del T-MEC.
Tras más de un año de negociaciones, los Gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá concluyeron el 30 de noviembre de 2018 la negociación del T-MEC, que debe sustituir el actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994.
La Casa Blanca quiere que haya una votación en el Congreso antes de que acabe este año pero la Cámara de Representantes está controlada por la oposición demócrata, que ha mostrado reservas en lo relativo a derechos laborales y salarios y asuntos medioambientales o relacionados con las grandes farmacéuticas.