Este 31 de julio, el euro alcanzó un valor de 1.1820 de dólares por unidad; una alza de 0.60 por ciento con respecto al último nivel que registró la divisa y un aumento de 0.33 por ciento con respecto a su cotización contra la moneda norteamericana este pasado jueves. Esto representa su mejor nivel en más de dos años; pues no se veía un máximo semejantes desde enero de 2015.
En lo que va del año, la moneda utilizada por todos los miembros de la Unión Europea (UE) ha demostrado ser la de mejor rendimiento del grupo de divisas G10; pues ha superado incluso los rendimientos del franco suizo, la libra esterlina, la corona noruega o el yen japonés. Desde enero de 2017 y hasta este julio, también ha presentado un incremento acumulado frente al dólar de aproximadamente 11 por ciento.
Además del euro, existen otros indicadores que han expuesto la debilidad del dólar antes la economía internacional. El índice dólar, que compara el rendimiento de la moneda estadounidense en contra de otras monedas como el dólar canadiense y la corona sueca, bajó el pasado jueves a un mínimo que no se había visto en 13 meses. Tan solo en la jornada de hoy, el índice ha vuelto a experimentar una caída de 0.04 por ciento.
El mayor rendimiento de la moneda europea también ha comenzado a tener repercusiones positivas en la economía regional. De acuerdo a los cálculos realizados por la UE, en julio los precios al consumidor experimentaron un crecimiento estable y controlado de 1.3 por ciento intermensual; el mismo nivel que se registró durante junio.
Durante 2016, el euro se mantuvo como la segunda moneda más utilizada e importante del mundo; pero la diferencia entre ella y el dólar (la número uno) se ensanchó debido a que perdió fortaleza y uso en varios mercados; principalmente en préstamos internacionales, negociación de divisas y transferencia de billetes. Sin embargo, de continuar este ascenso en su cotización frente al dólar estadounidense, se podría reducir la brecha de uso frente al dólar de forma considerable.