"Poner la igualdad de género en el centro de la agenda política es una excelente inversión a medio plazo" con "un gran retorno" económico, destacó el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría este viernes tras dar estas cifras en la presentación de la edición de 2019 de su informe sobre el llamado "índice de género".
Gurría recordó, a modo de ejemplo, que en los países de su organización la brecha salarial media entre hombres y mujeres es del 13.8 por ciento, y que aunque en los últimos años los progresos en igualdad han sido importantes, "el ritmo es insuficiente".
Las pérdidas económicas por la discriminación de género, que suponen limitaciones en la educación de las mujeres pero también una baja utilización de los recursos humanos, acarrea una reducción de la renta per cápita de 1,552 dólares a escala mundial, con diferencias según las regiones del mundo que tienen que ver con el margen de mejora y con el nivel de riqueza de cada una.
Anular esas discriminaciones permitiría elevar la renta per cápita en 1,652 dólares de media en Asia, en 1,584 en Europa, en 1,104 en América o en 466 en África.
Los autores del informe señalaron que a causa de la desigualdad el capital humano está disminuido en un 16 por ciento en el mundo y la participación de la fuerza de trabajo en un 12 por ciento. La inversión se ve recortada en un 8 por ciento.
La responsable de la estrategia de género en la OCDE, Gabriela Ramos, contó que hay 88 países que siguen prohibiendo el acceso a las mujeres a ciertas profesiones y en 24 para elegir un trabajo necesitan el permiso de sus maridos o de sus tutores.
En la edición de 2019 (la anterior se publicó en 2014) se constatan progresos en las cuatro principales áreas temáticas que se examinan, la discriminación en la familia, las restricciones a la integridad física, las limitaciones a los recursos productivos y financieros y las restricciones a las libertades públicas.
Desde la publicación del anterior informe en 2014 hay 14 países más donde la legislación criminaliza la violencia dentro de la pareja.
Sin embargo, hay un estancamiento en algunos indicadores, como el del porcentaje de bodas con niñas menores, que se ha mantenido en el 12 por ciento.
Tampoco ha cambiado desde 2012 la proporción de mujeres víctimas de violencia de género al menos una vez en su vida.