Aunque la caída del desempleo sería menor a la observada en 2012, el crecimiento económico esperado para la región en 2013 (3.5 por ciento) permitiría mantener la tendencia positiva en los indicadores laborales, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ambos organismos destacan que la tasa de desempleo de América Latina y el Caribe en 2012, de 6.4 por ciento, ya fue la más baja de las última décadas, tras descender de 6.7 por ciento en 2011, cifra positiva si se considera la difícil situación laboral que viven otras regiones del mundo.
"Un optimismo cauteloso prevalece respecto a la evolución de los mercados laborales de la región en 2013", señalan en el prólogo del informe la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y la directora regional de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco.
De cumplirse la proyección de crecimiento económico para la región en 2013, los indicadores laborales continuarían mejorando gradualmente, con nuevos incrementos de los salarios reales", aseguran.
En su informe, la Cepal y la OIT sostienen que una generación de empleo relativamente fuerte permitió que el número de desempleados urbanos cayera el año pasado aproximadamente en 400,000 personas.
Sin embargo, advierten de que en las áreas urbanas de América Latina todavía hay cerca de 15 millones de personas desocupadas que buscan trabajo.
El desempeño de los indicadores laborales durante el año pasado fue heterogéneo, ya que los 14 países de la región analizados, seis registraron una disminución en la tasa de desempleo de al menos 0.2 puntos porcentuales, mientras que en otros cinco se mantuvo estable y subió en Guatemala, Paraguay y República Dominicana.
Las brechas de participación, ocupación y desempleo entre hombres y mujeres se redujeron moderadamente y hubo un alza del empleo asalariado del 3.5 por ciento y de casi el 4 por ciento del empleo formal (con protección social).
Además, se incrementaron los salarios medios y los salarios mínimos reales aumentaron un 2.8 por ciento en 2012 (1.3 por ciento en 2011), pero con grandes diferencias entre los diversos países.