El índice gerente de compras (PMI en sus siglas en inglés) del banco, que se adelanta al mismo indicador que el gobierno chino publica el día 1 de cada mes, muestra que la actividad del sector industrial durante agosto se situó en los 50.1 puntos, el máximo registrado en cuatro meses.
El avance es especialmente significativo si se tiene en cuenta que el indicador se situó en los 47.7 puntos en julio, su peor nivel en prácticamente un año.
Si el PMI se mantiene por encima de la barrera de los 50 puntos significa que la industria está en fase de expansión, mientras que si se sitúa por debajo de este umbral pone de manifiesto una contracción de la actividad.
Ante estos datos, el economista jefe del HSBC, Qu Hongbin, subrayó que "el crecimiento manufacturero de China ha empezado a estabilizarse debido al incremento de los nuevos pedidos y de la producción" y ve probable que se produzcan "sorpresas al alza durante los próximos meses".
La encuesta del HSBC se realiza principalmente a pequeñas y medianas empresas del sector privado y se publica pocos días antes del oficial, que se basa en las respuestas a una encuesta realizada a los directores de compras de más de 3.000 empresas manufactureras de 31 sectores industriales del país.
Ambos indicadores, por lo tanto, se complementan y se consideran un termómetro para evaluar la actividad de la industria china.
El buen dato del PMI se suma a los buenos resultados de otros indicadores recientes, como la producción industrial (subió nueve décimas hasta el 9.7 por ciento) o el comercio exterior (repuntó hasta el 7.8 por ciento).
De estabilizarse la economía, el gobierno chino ganaría más espacio para seguir con las reformas así como la reestructuración del modelo económico del país y se descartaría, por el momento, la aplicación de medidas de estímulo para avivar la segunda economía mundial.
China creció un 7.8 por ciento en 2012, su tasa más baja en trece años, y durante los seis primeros meses del año el Producto Interno Bruto aumentó un 7.6 por ciento, solamente una décima más que el objetivo mínimo marcado por las autoridades para este año.
Desde Pekín, sin embargo, se asegura que las tasas de crecimiento "están dentro de los límites razonables" y de descartan planes de estímulo mientras el país crezca por encima del 7 por ciento.