"Mucha gente olvida en qué se basa nuestra prosperidad", señaló Ulrich Grillo a la agencia dpa. "Como mayor exportador de Europa, Alemania se beneficia enormemente del libre comercio. Uno de cada cuatro empleos depende directa o indirectamente de exportaciones".
Grillo vio por eso "realmente esquizofrénico" que, según los sondeos, una mayoría de la población alemana rechace la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) entre la UE y Estados Unidos.
Los críticos temen que el acuerdo rebaje estándares aplicados en Europa y rechazan la cláusula de protección de inversores extranjeros que permite a las multinacionales llevar sus contenciosos ante un tribunal de arbitraje internacional, temores que Grillo atribuyó a problemas de comunicación.
"Fue un error de los negociadores a ambos lados del Atlántico mantener el mandato para negociar en secreto durante tanto tiempo", señaló. "Eso dio impresión de falta de transparencia. Los ciudadanos deben poder hacerse una idea de los objetivos y contenidos del TTIP".
Grillo consideró que esa situación cambió con la nueva comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom, a la que calificó de "una bendición". "Está informando al público con mucho más detalle que hasta ahora sobre el estado de temas cruciales en la negociación".
La Unión Europea negocia desde mediados de 2013 con Estados Unidos el TTIP, que daría lugar a la creación del mayor espacio económico del mundo con 800 millones de consumidores.
Las empresas a ambos lados del Atlántico esperan que la supresión de aranceles -actualmente entre un cinco y un siete por ciento en el caso de Alemania y Estados Unidos- libere capital para más puestos de trabajo e inversiones.