El hasta ahora "número dos" de la OIT, Ryder era visto como el "heredero natural" del chileno Juan Somavia, quien dejará el cargo el próximo 30 de septiembre después de haber dirigido esta agencia especializada de la ONU durante los últimos trece años.
"Mis antecedentes y los de mi candidatura no son los de mis predecesores y esto podría suscitar dudas en algunos sectores, pero todos tienen que saber que mi papel será representar, fomentar y defender los intereses de todas las partes de esta organización", dijo Ryder en sus primeras palabras públicas tras ser elegido.
La OIT tiene la singularidad de ser la única organización multilateral de carácter tripartito, en la que tienen voz y voto no sólo los gobiernos, sino también las organizaciones de empresarios (patronales) y de trabajadores (sindicatos).
El nuevo director general, quien asumirá el cargo el 1 de octubre, recordó que "el mundo está en crisis" y prometió que bajo su dirección la OIT seguirá trabajando principalmente en favor de los desempleados y de otros grupos vulnerables.
Tras reconocer que la elección "fue cerrada y difícil", dijo estar seguro de que "hay diferencias en esta sala, pero nadie le daría la espalda a los desempleados ni diría que no son nuestro problema, ni pondría de lado a los más vulnerable. En nuestra misión todos tienen la misma importancia".
Pidió a los delegados gubernamentales, sindicales y de empleadores rechazar el inmovilismo y actuar con "unidad" en favor "de la justicia social en esta época llena de turbulencias".
Desde la óptica de gestor, Ryder prometió impulsar reformas en la institución para hacerla "más eficiente, mejorar nuestro resultado y estar a la altura de lo que se espera de nosotros".
Asimismo, rindió tributo a Somavia y dijo que bajo sus mandatos la OIT "cobró la visibilidad y el protagonismo que necesita para tener un papel en el mundo actual"
A la elección se presentaron nueve candidatos, cinco de ellos de países en desarrollo, incluyendo al vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, quien terminó tercero y fue eliminado en la penúltima ronda de votación.
Ryder se enfrentó en la última etapa con el exministro francés Gilles de Robien, a quien sacó cuatro votos de ventaja (30 en total), con los que consiguió erigirse como el décimo director general de la OIT.
Fuentes diplomáticas latinoamericanas que participaron en el proceso dijeron a Efe que Garzón, tras ser eliminado, pidió a los países de la zona con derecho a voto en el Consejo de Administración de la OIT que apoyaran a Ryder.
Brasil y Argentina se sumaron al llamamiento en favor del candidato de los trabajadores.
Los votos de los países en desarrollo, particularmente de aquellos que apoyaron inicialmente a alguno de los tres candidatos africanos o al aspirante asiático, se dispersaron en las siguientes rondas entre Garzón, Ryder y De Robien.
En ese contexto, la posición que adoptasen los países latinoamericanos era vista como crucial y capaz de inclinar la balanza en favor de uno u otro.
Consultado poco antes de la última votación, un embajador latinoamericano explicó que Ryder era visto como el candidato "menos eurocentrista" y "mejor representante de los ideales de la OIT".
La decisión de quién dirigirá la entidad durante los próximos cinco años estuvo a cargo del Consejo de Administración de la OIT, su órgano ejecutivo compuesto por 56 miembros: 28 representantes de gobiernos, 14 de patronales y 14 de sindicatos.