"El gobierno griego está dispuesto a una solución honesta que libere la ayuda financiera de sus socios y ponga fin a la asfixia económica que los rescates han creado", dijo el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, en una entrevista a la radio Sto Kokkino.
Las declaraciones coinciden con una nueva ronda de negociaciones entre enviados griegos y sus acreedores - El Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacoinal (FMI)- en París, que se espera dure hasta el domingo.
Las partes llevan negociando desde febrero una serie de reformas que desbloqueen las ayudas y Atenas se encuentra presionado para llevar a cabo reformas en el sistema de pensiones, fiscalidad y el mercado laboral, así como privatizaciones.
Precisamente hoy el consejo de ministros griego está debatiendo medidas y reformas, sobre las que circularon numerosas especulaciones en la prensa griega.
Se habla de un impuesto extraordinario de entre uno y cinco euros por pernoctar en la mayoría de las islas del Egeo, así como de una regulación para luchar contra la evasión fiscal por la falta de facturas. Para ello se podría obligar a pagar cualquier cantidad superior a 70 euros con tarjeta bancaria o de crédito, que estaría vigente en 23 islas turísticas del Egeo.
Atenas planearía además aumentar los impuestos a los dueños de automóviles de lujo y piscinas, señala la prensa. Además se prevé una amnistía para todos los griegos que decidan voluntariamente legalizar su dinero en negro en países extranjeros a cambio de un impuesto del 15 por ciento.
Al parecer el gobierno de Tsipras tampoco rechaza ya las privatizaciones y estaría dispuesto a limitar drásticamente las jubilaciones anticipadas y a retirar la anunciada paga extra de un mes en las jubilaciones.
Sin embargo, el Ejecutivo de izquierda se mantiene firme en su promesa electoral de aumentar el salario mínimo, frente a la oposición de los acreedores, al tiempo que rechaza recortar las pensiones de quienes reciben menos de 300 euros al mes.
El ministro de Trabajo, Panos Skourletis, dijo que el gobierno podría verse obligado a convocar un referéndum sobre la cuestión si las negociaciones con los acreedores se bloquean, pero se mostró confiado en que se alcanzará un acuerdo antes del domingo.
"Las conversaciones se han reanudado y vamos a seguir hablando en los próximos días. Están desarrollándose en un espíritu constructivo, entre funcionarios de alto rango y expertos técnicos de todos los socios", dijo el portavoz de la Comisión europea, Margaritis Schinas.
El comisario de Finanzas de la Unión Europea, Pierre Moscovici, descartó una bancarrota del Estado griego y una salida del país de la zona euro, en una entrevista que publican hoy el diario español El País y el italiano La Repubblica.
"Los mercados saben que Grecia seguirá en la eurozona", señaló Moscovici, que aseguró que no cambia nada el hecho de que Varoufakis asuma un papel mayor o menor en las negociaciones entre Atenas y sus acreedores. "Con o sin Varoufakis, el problema para Grecia sigue siendo el mismo: Atenas debe presentar una lista convincente de reformas, y rápido".
Sus declaraciones coincidieron con una encuesta del instituto GPO dada a conocer en la noche del miércoles en la televisión griega Mega, según la cual el 75.6 por ciento de los griegos quiere que su país continúe el la zona euro. Además casi el 62 por ciento de los encuestados se mostraron en contra de un referéndum sobre un posible acuerdo con los acreedores. El 26.3 por ciento respalda la idea de celebrar elecciones anticipadas.
El jefe de gobierno griego, Alexis Tsipras, no descartó una consulta popular si los acreedores seguían insistiendo en imponer duras medidas de ahorro al país.
La mayor parte de la población defiende la táctica negociadora de su gobierno actual, pero la aprobación se reduce: a comienzos de febrero el 90.3 por ciento de los encuestados consideraban positiva la gestión de Tsipras, frente al 58.3 por ciento que defienden ahora su estrategia.
Si el próximo domingo se celebraran elecciones en el país el partido de izquierda Syriza volvería a ganar con un 36.5 por ciento de los votos frente al 22 por ciento que obtendría el conservador Nea Dimokratia. En las elecciones del 25 de enero ambos fueron los partidos más votados, con un 36.3 y un 27.8 por ciento respectivamente.