Cuestionado sobre esas especulaciones, el portavoz de la calificadora estadounidense, Brian Bertsch, se limitó a remitir a Efe al informe sobre Estados Unidos que emitió Fitch en julio pasado, cuando decidió mantener sin cambios la puntuación del país, aunque también su perspectiva negativa.
Bertsch sí que sugirió releer el último párrafo de aquel informe, en el que se afirma que, "en ausencia de choques adversos de relevancia, Fitch no prevé resolver la perspectiva negativa a la que está sometida la calificación hasta finales de 2013".
Los rumores, que se producen a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, provocaron incluso que la bolsa de Nueva York borrase momentáneamente las ganancias que había registrado durante la sesión para entrar en territorio negativo.
En julio pasado, Fitch argumentó su decisión por la "elevada productividad, diversificación y salud de la economía" estadounidense, su "flexibilidad monetaria y de tipos de cambio", así como su "excepcional flexibilidad financiera" gracias al estatus de "reserva mundial" del que goza el dólar.
Sin embargo, entonces la agencia de calificación amenazó con degradar la nota de la primera economía mundial a finales del año que viene si no es capaz de llegar a un acuerdo político para controlar su déficit e implantar un plan de consolidación fiscal creíble.
En agosto de 2011, la calificadora Standard & Poor's rebajó la nota de Estados Unidos desde "AAA" hasta "AA+", con lo que el país perdió por primera vez en su historia la "matrícula de honor", mientras que Moody's mantiene su máxima calificación, al igual que Fitch, pero también con perspectiva negativa.
El pasado 4 de septiembre, la deuda estadounidense superó por primera vez la barrera de los 16 billones de dólares y su camino ascendente llevará a que sea equivalente a algo más del 110 por ciento del PIB en 2013, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).