"Hemos visto reportes de acoso y arrestos de activistas, así como de advertencias a activistas para que permanezcan en sus casas durante la cumbre de la Celac", dijo un portavoz del Departamento de Estado norteamericano en una declaración remitida a la agencia dpa.
"Condenamos esas acciones y urgimos al gobierno de Cuba a que permita a los ciudadanos cubanos manifestar su opinión libremente, así como darles permiso para reunirse de forma pacífica en el ejercicio de ese derecho", agregó.
La reacción de Washington se produce a raíz de las denuncias de la disidencia cubana sobre la detención de hasta un centenar de activistas en los días previos a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebra este martes y miércoles en La Habana.
La ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), liderada por el disidente Elizardo Sánchez, acusó el lunes al gobierno de Raúl Castro de "una oleada de represión" para silenciar a la oposición con motivo de la cumbre.
Varios activistas de la oposición, entre ellos el propio Sánchez, habían pedido reuniones a las delegaciones de los 33 países. Según la CCDHRN, al menos 40 personas fueron detenidas. Otras 18 recibieron amenazas y "al menos cinco permanecen sometidas a arrestos domiciliarios".
Washington ha sido muy cauto a la hora de pronunciarse sobre la celebración, en Cuba, de la cumbre de una organización como la Celac, creada específicamente sin la presencia de Estados Unidos y Canadá como alternativa a la Organización de Estados Americanos (OEA), donde sí están representados estos dos países norteamericanos.
Hasta ahora había eludido comentar cuestiones sobre la cumbre, la sede cubana o sobre la insólita invitación a participar en la cita del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien así se ha convertido en el primer jefe del organismo hemisférico que realiza una visita a la isla en más de medio siglo. Es de hecho el primer contacto oficial entre la OEA, que levantó en 2009 la suspensión de casi 50 años de Cuba, y La Habana, que desde entonces ha rechazado regresar a un organismo que considera superado.
Sin mencionar específicamente nombres -a La Habana también han sido invitados otros líderes de organizaciones internacionales como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon- el portavoz del Departamento de Estado manifestó hoy la esperanza de Washington de que los representantes de estos organismos, al igual que los mandatarios asistentes a la cumbre, hagan un gesto hacia la sociedad civil.
"Alentamos a los líderes, incluidos aquellos de organizaciones internacionales, que aprovechen la oportunidad para reunirse con cubanos de a pie y con miembros de la sociedad civil para demostrar claramente su apoyo a la libertad de asamblea y la libertad de expresión en la isla", señaló al respecto.