En su reporte semanal, el CEESP dijo que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, realizó una cantidad importante de compromisos con la sociedad, que a la vez demandan una suma considerable de recursos públicos.
"Hasta ahora, la información sobre el presupuesto de egresos para el próximo año, que se dará a conocer el próximo 15 de diciembre, ha sido preliminar y parcial", reconoció el centro especializado.
Esto ha generado "cierta preocupación" sobre cómo se podría financiar todo lo que se tiene contemplado, en especial cuando existe una debilidad de las fuentes de ingresos por la fuerte informalidad, agregó el organismo que depende del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
El CEESP dijo que el costo total de los proyectos del nuevo gobierno, que inicia el próximo 1 de diciembre, podrían representar un gasto adicional al año de poco más de 300,000 millones de pesos (unos 15,610 millones de dólares), una carga importante para el erario.
El nuevo gobierno ha dicho que se pueden generar 335,000 millones de pesos (unos 17,431 millones de dólares) en políticas de ahorro en el gasto corriente y combate a la corrupción, más otros 120,000 millones de pesos (unos 6,244 millones de dólares) derivados de otras fuentes de ingreso.
Sin embargo, la pretensión del próximo gobierno de reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA), del 16 al 8 por ciento en la zona fronteriza, y el Impuesto Sobre la Renta (ISR), del 30 al 20 por ciento, implicaría un costo fiscal por 103,000 millones de pesos (unos 5,359 millones de dólares) al año, dijo el CEESP.
Además, el próximo gobierno planea bajar el precio de las gasolinas en unos tres años, lo que podría implicar una reducción al erario de 250,000 millones de pesos (unos 13,008 millones de dólares).
"Dada la rigidez que existe en materia de gasto público, la sola reasignación de recursos puede ser insuficiente para cumplir con los objetivos planteados", explicó el CEESP.
"Bajo este esquema, se espera que el presupuesto para el próximo año muestre signos de una reingeniería del gasto, que implique una mejor asignación de los recursos con una rentabilidad social y económica que lleve a más bienestar y crecimiento, lo que es una fuente importante para estimular la recaudación", mencionó.
En los últimos años, México ha seguido una estrategia de recortes al gasto del gobierno debido a precios del petróleo menos elevados que en el pasado, y a una caída en la plataforma de producción y exportación de crudo.
El viernes pasado, la agencia Fitch Ratings revisó la perspectiva de la nota crediticia internacional que tiene para la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a "negativa" desde "estable", debido a la incertidumbre en torno a su futuro plan de negocios.
Pemex es uno de los principales contribuyentes a las arcas del gobierno, junto a la recaudación tributaria.
El anuncio de Fitch llevó al peso mexicano a registrar el viernes su peor semana desde mediados de mayo, con una depreciación del 2.25 por ciento frente al dólar estadounidense.