El Consejo de Gobierno de la entidad está "unánimemente decidido" a reaccionar si fuese necesario para controlar un periodo de baja inflación prolongado, señaló el presidente del BCE, Mario Draghi, después de que la entidad decidiera mantener su principal tipo de interés en el mínimo histórico del 0.15 por ciento.
El italiano reveló que el BCE intensificó por ejemplo los preparativos para un programa de compra de paquetes de crédito ("asset-backed securities" o ABS) que daría a los bancos comerciales más margen para conceder crédito, aunque aclaró que aún no se decidió lanzar la medida.
El BCE está además resuelto a mantener los tipos en su mínimo histórico del 0.15 por ciento "por un largo periodo", explicó Draghi.
La mayoría de expertos contaba con que el banco evitaría hoy nuevos pasos porque aún espera los efectos del paquete que presentó hace dos meses, cuando bajó la tasa al 0.,15 por ciento actual y penalizó con una tasa negativa del 0,10 por ciento el dinero que los bancos comerciales "aparcan" en el BCE para impulsar su circulación.
Además, desde septiembre los bancos podrán financiarse mediante créditos con condiciones favorables a largo plazo (LTRO). El BCE estima que demanda alcanzará un volumen de entre 450,000 millones y 850,000 millones de euros (600,000 millones a 1.,13 billones de dólares).
La principal preocupación del banco es la baja inflación, que cayó a un 0.4 por ciento en julio -el nivel más bajo desde octubre de 2009- debido sobre todo al descenso en los precios de la energía.
La es así muy inferior al objetivo fijado por el BCE para garantizar la estabilidad de precios (menos pero cerca del dos por ciento) y está por debajo del 0.7 por ciento pronosticado por el banco para este año.
La otra amenaza para la economía de la eurozona viene de los diversos focos de inestabilidad geopolítica y en particular de la escalada de tensión con Rusia, como admitió el propio Draghi.
"No hay duda de que si uno mira al mundo hoy ve que hay riesgos geopolíticos creciendo en todo el mundo", señaló aludiendo a la crisis con Rusia en Ucrania, Irak, Gaza, Siria, Libia.
"Los riesgos geopolíticos son más altos que hace unos meses", añadió. "Algunos de ellos tendrán un gran impacto en la eurozona, como lo que ocurre en Ucrania", dijo apuntando al cruce de "sanciones y contrasanciones" entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos por un lado y Rusia por el otro.
Las crisis geopolíticas sumadas a la evolución en las economías emergentes podrían afectar la recuperación de la economía en la eurozona por ejemplo por sus posibles consecuencia en los precios de la energía o la demanda de productos del bloque, concluyó Draghi.
En términos generales, el BCE sigue confiando en que la coyuntura de la eurozona se recuperará de forma paulatina pero desigual, sostuvo el italiano: los países que hayan aplicado más reformas saldrán mejor parados y más rápido que el resto.