La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, en inglés) señaló en un comunicado que, además de evitar emisiones equivalentes a cuatro veces las del sector del transporte por carretera en el país en 2021, también proporcionará 100.000 millones de dólares de beneficios netos a la sociedad.
Esta cifra incluye 62.000 millones de dólares que los conductores se ahorrarán gracias a la reducción del consumo, mantenimiento y costes de reparación, mientras que otros 13.000 millones serán beneficios a la sanidad pública por la menor contaminación.
Las restricciones a las emisiones de vehículos con motores de combustión son parte de la política del Gobierno estadounidense para incentivar la producción y venta de vehículos eléctricos.
Pero los estándares anunciados este miércoles, que la Administración del presidente Joe Biden calificó como "los más severos de la historia para vehículos", son inicialmente menos exigentes que los que EPA propuso en abril de 2023.
Las normas finales relajan las exigencias de emisiones en los dos primeros años, de 2026 a 2028, pero a partir de ese año las incrementa de forma progresiva hasta que en 2031 serán casi tan restrictivas como lo inicialmente propuesto.
La razón del cambio en el calendario han sido las presiones del sector del automóvil para rebajar las exigencias ante la reducción del ritmo de ventas de vehículos eléctricos y los problemas que están teniendo para incrementar su producción.
El director ejecutivo del grupo de protección ambiental Sierra Club, Ben Jealous, aplaudió en un comunicado las normas anunciadas y dijo que eran "una de las acciones más significativas" que la Administración de Biden ha podido adoptar para luchar contra la crisis climática.
Otra organización ecologista, Natural Resources Defense Council (NRDC), también calificó de "buenas noticias" el anuncio y recordó que el 20 % de las emisiones totales de dióxido de carbono de Estados Unidos proceden de automóviles y camiones.
Por su parte, Alliance for Automotive Innovation, que representa a los fabricantes de automóviles, aprobó la decisión del Gobierno estadounidense "porque da prioridad a objetivos de electrificación más razonables".
John Bozzella, el presidente y consejero delegado de la organización, afirmó en un comunicado: "Estos objetivos ajustados de VE deberían dar al mercado y las cadenas de suministro una oportunidad para ponerse al día".
EPA prevé que gracias a los estándares de emisiones anunciados aumentará el empleo en el sector del automóvil y se proporcionará "certidumbre" a las empresas.
El sindicato United Auto Workers (UAW) también declaró que la medida protegerá puestos de trabajo.
"Al tomar en serio las preocupaciones de trabajadores y comunidades, EPA ha creado una norma de emisiones más viable que protege a los trabajadores que fabrican vehículos con motores de combustión a la vez que proporciona un camino para que las empresas implementen toda la variedad de tecnologías que reducirán las emisiones", señaló.
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