Sin embargo, en un discurso ante la Cámara Regional de Dallas (Texas), el máximo responsable de la política financiera del país indicó que un aumento de impuestos o un recorte del gasto público no serían medidas inmediatas.
"Para evitar los grandes déficit insostenibles, el país tendrá que elegir en última instancia entre mayores impuestos, reformas de ciertos programas como la seguridad social y el Medicare, así como un menor gasto en todo desde la educación a la defensa", señaló.
Medicare es el programa de asistencia médica que el gobierno de Estados Unidos entrega a los ciudadanos de edad avanzada.
Según los expertos, la carga financiera de ese programa aumentará en los próximos años debido al envejecimiento de la población de Estados Unidos.
"Las decisiones son difíciles y siempre parecería más fácil postergarlas... hasta el día en que ya no se pueden aplazar más", agregó.
"Si no demostramos como nación un fuerte compromiso con la responsabilidad fiscal, a largo plazo no tendremos ni estabilidad financiera ni un crecimiento económico saludable", afirmó.
Bernanke habló a los representantes de la empresa privada en momentos en que la economía parece haber comenzado a repuntar tras la crisis financiera de los últimos dos años.
Los comentarios del titular de la Reserva inciden en dos temas que marcan con claridad la separación política entre republicanos y demócratas respecto al enfoque sobre la solución de los problemas económico financieros del país.
Los republicanos rechazan enérgicamente cualquier posibilidad de aumento de impuestos y hasta afirman que una reducción tributaria ayudaría a la economía.
Por su parte, los demócratas, actualmente en el gobierno, se oponen a cualquier reducción de los programas de ayuda social.
Bernanke manifestó que si el gobierno de Estados Unidos logra formular un programa "creíble" para reducir los déficit ello ayudaría a impulsar la economía.
Señaló que ese plan debería aumentar la confianza de los inversores en la salud financiera del país.
También lograría que estén más dispuestos a prestar dinero al Gobierno a tasas menores de interés.
Eso, según indicó, podría ayudar a reducir los tipos a largo plazo en general, lo que, a su vez, serviría para que los estadounidenses puedan comprar su vivienda o que las empresas soliciten financiamiento para una fábrica.