El guardián del euro revisó a la baja la inflación para el 2014 desde el 0.6 por ciento fijado en sus proyecciones de septiembre hasta un 0.5 por ciento, de 1.1 a 0.7 por ciento para 2015 y de 1.4 a 1.3 por ciento para 2016.
El presidente de la entidad, Mario Draghi, reaccionó así a la paulatina caída de la inflación en la región.
En noviembre el IPC de la eurozona subió un magro 0.3 por ciento interanual, muy lejos del objetivo fijado por el BCE para garantizar la estabilidad de precios, cercano pero debajo del dos ciento.
Respecto al crecimiento, el presidente del BCE revisó a la baja el pronóstico de la eurozona correspondiente a 2014 de 0,9 a 0.8 por ciento y corrigió de forma más drástica las expectativas para los dos próximos años: para 2015 prev. una expansión de 1.0 en lugar de 1.6 por ciento y para 2016 de 1.5 en lugar de 1.9 por ciento.
La revisión se produjo durante la sesión del consejo de gobierno en la que se resolvió mantener los principales tipos de interés en el mínimo histórico de 0.05 por ciento.