Por el momento todavía está todo en el aire. Oficialmente se señala que el gobierno no quiere modificar su rumbo.
Los impuestos en el sector turístico y para los más acaudalados ocuparán un primer plano en las negociaciones decisivas entre Atenas y los expertos de los acreedores en Bruselas sobre la polémica lista de reformas para el país.
El turismo es para Grecia de importancia vital, por lo que una mayor carga impositiva en el sector topa con una gran resistencia. Una de las propuestas que se baraja es una tasa de alojamiento por noche de entre uno y cinco euros en 22 de las islas más importantes del Egeo.
En cafés o tabernas consumir algo o comprar un souvenir podría estar también sometido a un impuesto de entre un tres y seis por ciento del precio.
Las grandes fortunas o los que reciben ingresos elevados, como los armadores o empresarios que disponen de un yate, una piscina o viven en una gran casa o mansión también tendrán que pagar más a Hacienda.
Al parecer también se incumpliría la promesa electoral que eliminar el impuesto sobre la vivienda, al menos este año. Asimismo, se crearía un impuesto especial sobre los ingresos y para aquellos que ganen más de 30,000 euros al año, se les aumentará. Se habla de una tasa de entre un seis o incluso un diez por ciento.
Atenas estaría dispuesta asimismo a un amplio cambio en la tributación del IVA. Se trata de eliminar la tasa más alta del 23 por ciento, pero a la vez subir las tasas bajas que rigen para muchos productos. A cambio, podría imponerse un IVA máximo de entre el 15 y el 18 por ciento. Pero esto "todavía no es un asunto cerrado", dijo un miembro del Ministerio de Finanzas a dpa.
También se conseguirán ingresos extraordinarios, tal como ya se había apuntado, combatiendo el contrabando de combustible y tabaco, que se estima que podría sumar 250 millones de euros. Asimismo, se espera conseguir 1,500 millones de euros de la privatización de puertos y aeropuertos.
Según Atenas, para superar la falta aguda de liquidez de Atenas resulta especialmente importante poder presentar avances en la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro que se celebrará el lunes.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, conversaron hoy sobre las reformas de las pensiones y del mercado laboral. La reforma de las pensiones está considerada como una de los principales escollos para un paquete amplio sin el que que Grecia no recibirá el próximo tramo de ayuda de 7,200 millones de euros (8,000 millones de dólares), que los acreedores retienen.
En tanto, Grecia pagó hoy puntualmente los 200 millones de euros (224.7 millones de dólares) en concepto de intereses al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, advirtió que reunir otros 756 millones de euros que vencen el próximo martes 12 de mayo será más difícil. El gobierno está investigando si puede reunir la suma total recurriendo a la caja de las pensiones.
La semana pasada, Atenas obligó casi por ley a todas las instituciones estatales a transferir sus depósitos en efectivo al banco central para que el gobierno pueda cumplir sus obligaciones.
En una subasta de bonos de deuda a corto plazo (a 26 semanas) Atenas recaudó hoy 875 millones de euros, por los que pagó intereses del 2.97 por ciento, una cifra similar a otra subasta el mes pasado. A corto plazo Grecia se financia en los mercados pero no a largo plazo, ya que los inversores privados se mantienen alejados del país tras la quita de deuda de 2012.
Sin embargo, la cantidad recaudada hoy es menor a la que el país necesita el viernes, cuando Atenas debe refinanciar deudas por más de 1,400 millones de euros. La prensa griega cree sin embargo que el resto del dinero se recaudará mañana jueves. Después Atenas podrá subastar nueva deuda.
El temor por la estabilidad financiera del país está ahuyentando a los inversores, mientras muchos ciudadanos también han retirado el dinero de sus cuentas. El gobierno intenta que los ciudadanos no se lleven sus ahorros del país, para mantener la estabilidad financiera, pero incluso ha habido rumores de que el propio viceministro de Finanzas, Dimitris Mardas, se habría saltado las normas.
El viceministro amenazó con demandar a algunos medios por difamación por asegurar que transfirió 80,000 euros al extranjero tras llegar a su puesto el pasado enero. Mardas alega que la suma era menor -entre 30,000 y 40,000- y necesaria para financiar los estudios de su hija y que ordenó al banco registrar sus movimientos para mostrárselos al primer ministro, Alexis Tsipras.