Igualmente, la marca sueca incorporará la transmisión automática de 8 velocidades a algunas de sus configuraciones motrices, al tiempo que en gasolina también estrena una nueva alimentación que combina la utilización del compresor y del turbocompresor.
Con estas novedades, Volvo se propone mejorar la eficiencia energética de sus propulsores, encuadrados bajo la denominación Drive-E, de forma que en la nueva gama pierde importancia el número de cilindros para obtener potencia.
Los primeros tres motores de la familia Drive-E de cuatro cilindros y dos litros se pondrán en marcha en otoño de 2013.
La gama de motores Drive-E, que, durante la fase de desarrollo han estado bajo la denominación Volvo Engine Architecture (VEA), se compone básicamente de dos motores de cuatro cilindros, un diesel "common rail" y una versión de gasolina de inyección directa.
Estos nuevos motores sustituyen a ocho arquitecturas motrices en las tres plataformas sobre las que están desarrolladas los modelos de la marca.
Los nuevos motores han sido desarrollados por Volvo y ya están siendo fabricados en la planta de motores de alta tecnología de Volvo Car Group en Skövde (Suecia).
Los Drive-E diesel oscilarán entre 120 y 230 CV, en tanto que las versiones de gasolina comenzarán en 140 caballos.con un recorrido hasta más de 300 caballos de fuerza.
Varios niveles de carga en el sistema de turbocompresión abren la flexibilidad necesaria para cubrir toda la gama, que también incluirá sistemas electrificados, como el híbrido enchufable de próxima comercialización, u otra tecnología punta.
Inicialmente, la nueva familia S60, V60 y XC60, estará disponible con tres motores de la nueva gama de motores: el 306 CV de gasolina T6 turbo, el T5 de 245 CV y turbo diesel D4, con 181 caballos de fuerza. El T5 y D4 también están disponibles en la nueva Volvo V70, XC70 y S80.
La característica principal de los nuevos diesel es la utilización de la nueva tecnología i-Art, consistente en el control y continua adaptación de la presión de inyección en cada uno de los cuatro cilindros, en lugar de utilizar un único sensor en el "common rail". Cada inyector tiene un pequeño ordenador en la parte superior que supervisa la presión de inyección.
Volvo, que considera que esta tecnología es el segundo pasado en la evolución diesel, compara el avance con su invención del sensor lambda para el convertidor catalítico en 1976.
Con esta información, el sistema i-Art autoadaptables se asegura de que se inyecta la cantidad ideal de combustible durante cada ciclo de combustión.
La combinación de una mayor presión de inyección y la tecnología i-Arte proporcionan el motor una mejor economía de combustible, emisiones considerablemente más bajas y alto rendimiento.
El diesel también cuentan con detalles como el estado de la técnica de doble turbo, menor fricción y una solución de válvula inteligente en el sistema de enfriamiento para una fase más rápida de calentamiento después de un arranque en frío.
En gasolina, Volvo utiliza en los nuevos propulsores un compresor mecánico que funciona a bajas revoluciones, que da entrada a un turbocompresor cuando se acumula el flujo de aire a mayores revoluciones. Otras mejoras en los motores de gasolina Drive-E incluyen medidas de reducción de la fricción.
Estos nuevos motores, sean diesel o gasolina, han sido preparados desde el primer momento para su uso con sistema de propulsión electrificados, de forma que los componentes clave de estos sistemas, tales como el generador de arranque integrado, se pueden conectar fácilmente.
El tamaño compacto de los motores de cuatro cilindros, por otra parte, permite montar el motor eléctricos en la parte delantera o trasera del vehículo, mientras la batería se encuentra en el centro del coche.
Volvo explica en una nota que estos nuevos motores ya han sido experimentados en competición, concretamente en el coche del Mundial de Turismos de 2011, que estuvo equipado con un prototipo Drive-E.