La empresa ha experimentado una completa transformación desde que Geely es su propietaria, pasando de ser una sociedad puramente europea a convertirse en un protagonista destacado y realmente global en el mercado de los vehículos premium, al mismo tiempo que conseguía récords de ventas, ingresos y beneficios.
Mientras deja atrás una década y avanza hacia otra nueva, Volvo Cars se apoyará en estos firmes cimientos para alcanzar el liderazgo en la electrificación, la conducción autónoma y en nuevos modelos de movilidad, forjando una colaboración aún más estrecha con marcas hermanas bajo el paraguas de Geely.
"Volvo Cars es ahora más fuerte que nunca", dice Håkan Samuelsson su director ejecutivo. "Con Geely iniciamos una nueva fase de éxitos que nos ha llevado a una nueva dimensión. Hemos renovado completamente nuestra cartera de productos, consolidado nuestra presencia global, duplicado prácticamente nuestras ventas y hemos pasado de cubrir gastos a tener beneficios. En el futuro la empresa va a seguir creciendo junto a Geely".
En los próximos años Volvo Cars quiere liderar la electrificación y que para 2025 la mitad de sus ventas globales corresponda a vehículos totalmente eléctricos y la otra mitad a híbridos. Estos vehículos formarán parte de una generación de Volvos basados en SPA2, la sucesora de la lograda plataforma de arquitectura escalable de vehículos.
Entre sus objetivos está también entablar millones de relaciones directas con los consumidores a través de nuevas formas de movilidad y espera desempeñar un papel estratégico en la introducción segura de tecnologías de conducción autónoma.
Este y otros objetivos han sido posibles y verosímiles gracias a la implantación de un modelo de negocio sostenible y rentable en la pasada década que ha proporcionado a Volvo Cars una sólida plataforma para seguir creciendo.
Tras su separación de Ford Motor Company en 2010, Volvo Cars y Geely trazaron un nuevo futuro para la marca sueca basado en una serie de conceptos fundamentales: la independencia tecnológica, una red mundial de centros de producción y una identidad de marca reforzada operando con independencia dentro de la marca Geely.
Desde 2014 y empezando con su buque insignia, el XC90, la empresa ha renovado completamente su gama productos con nuevos SUV, berlinas y Station Wagons. Todos los modelos nuevos se basan en la plataforma de arquitectura escalable de vehículos SPA desarrollada por Volvo o en la arquitectura modular CMA, desarrollada conjuntamente por Volvo y Geely.
La nueva gama de productos ha tenido gran éxito en todo el mundo y ha conseguido batir seis récords de ventas y de beneficios consecutivos: en 2019, Volvo Cars vendió más de 700,000 vehículos por primera vez en sus más de 90 años de existencia.
La empresa también ha ampliado su red de fábricas e I+D en el mundo: de sus comienzos con dos plantas de fabricación y una fábrica de motores en Europa ha pasado a tener otras cuatro fábricas y un centro de I+D en China, así como una fábrica de vehículos en Estados Unidos, lo que naturalmente supone una ventaja operativa.
Una marca y un diseño de Volvo rejuvenecidos, centrados en las dimensiones premium y que representan una identidad escandinava única en el sector automovilístico que ha llevado a la empresa a nuevos niveles y la ha consolidado como alternativa de pleno derecho en el segmento de vehículos premium.