La medida afecta a su planta de Gante (Bélgica), que estará cerrada hasta el 5 de abril; a las tres que posee en Suecia y a la de Carolina del Sur (Estados Unidos), clausuradas desde el 26 de marzo al 14 de abril, informó en un comunicado la empresa, que no contempla por el momento suspensiones de empleo.
Quedarán fuera de esta decisión las cuatro fábricas que Volvo Cars tiene en China, que abrieron a principios de mes después de la mejora de la situación en este país asiático.
El personal de oficina trabajará desde su casa como norma general desde el día 26 y se reducirá la jornada laboral.
Volvo Cars justificó la decisión por el debilitamiento del mercado, el riesgo de interrupción de la producción y la preocupación por los empleados.
"Nuestras preocupaciones principales son la salud de nuestros empleados y el futuro de nuestro negocio. Con la ayuda de programas de apoyo valiosos impulsados por gobiernos y autoridades hemos podido actuar de forma rápida", señaló en el comunicado el consejero delegado de la compañía, Håkan Samuelsson.
La firma sueca, propiedad de la china Geely, confía en que estas medidas proporcionen el balance adecuado entre mitigar el impacto de la pandemia y proteger a la plantilla y el futuro de la compañía.
Volvo Cars, que tiene unos 41,500 empleados y el año pasado vendió más de 700,000 vehículos, ganó 9,603 millones de coronas suecas (857 millones de euros) en 2019, un 1.8 por ciento menos interanual.