Con esta reforestación se favorece al crecimiento y desarrollo de árboles nativos plantados, logrando aminorar y enfrentar algunas de las principales amenazas que tienen los bosques en esta región tales como: la pérdida de cobertura vegetal, de suelo por erosión de aire y agua ya que esto también afecta la capacidad de recargar los mantos acuíferos de la zona, así como la disminución de biodiversidad ya que las especies de flora y fauna hábitat no poseen un lugar para protegerse y alimentarse.
La región que comprende al Ajusco es considerada una de las zonas terrestres prioritarias para la conservación en México por su importancia biológica y por la gran cantidad de agua que proporciona, dicho territorio aporta casi tres cuartas partes del agua que se consume en la Ciudad de México.