Esto significa que parte de las ganancias de Subaru, con quien mantiene una estrecha colaboración desde hace más de una década, se incorporarán a los resultados financieros de Toyota. La compañía poseía hasta ahora el 16.83 por ciento de las acciones de Subaru.
En virtud del acuerdo, Subaru adquirirá también acciones de Toyota por valor de hasta 80,000 millones de yenes (unos 680 millones de euros), según un comunicado difundido por los fabricantes.
"Nuestras compañías (...) quieren aprovechar las posibilidades de crear cada vez mejores coches adecuados a la era CASE, uniendo nuestras fortalezas y profundizando aún más en nuestra relación", señaló en el texto el presidente de Toyota, Akio Toyoda.
CASE es el acrónimo en inglés de "conectado, autónomo, compartido y eléctrico", y es el término usado en la industria para referirse a los modelos de nueva generación, con mayores funciones tecnológicas y adecuados a las normativas medioambientales más estrictas.
"Llevando nuestra relación un paso más allá (...) fortaleceremos nuestra capacidad de responder a (la era) CASE y otras demandas", dijo por su parte el presidente de Subaru, Tomomi Nakamura, que cree que a sus clientes "les encantarán" los resultados de la asociación.
Los fabricantes mantienen un acuerdo de colaboración desde 2005 y este mismo mes de junio anunciaron su último proyecto conjunto para investigar y desarrollar vehículos eléctricos de batería (BEV), que planean materializar en un nuevo todoterreno (SUV) de clase C.
La intensificación de su asociación está destinada a responder de forma más rápida y eficaz a las demandas de la industria automotriz, inmersa en un momento de transformación y de adaptación a las nuevas regulaciones medioambientales a nivel mundial.