Un portavoz de Tata Motors, Debasis Ray, explicó a Efe que la compañía interpuso hoy un recurso en el Tribunal Superior de Calcuta, capital de Bengala, aunque evitó ofrecer comentarios hasta que haya una decisión judicial al respecto.
La empresa había adquirido en 2006 el mencionado terreno, situado en la zona de Singur, cerca de Calcuta.
La compañía había sido invitada a Bengala por el gobierno regional, entonces liderado por el Partido Comunista, que veía en la creación de la planta de Tata una oportunidad para revitalizar el desarrollo económico.
Pero tras meses de protestas de los campesinos de la zona, la compañía decidió mudar la planta al estado occidental de Gujarat.
En un comunicado reciente, Tata mantuvo que había invertido 18,000 millones de rupias (unos 400 millones de dólares) en el proyecto y comenzado programas sanitarios y educativos en el lugar.
Las protestas campesinas fueron capitalizadas por la líder del entonces opositor Congreso Trinamul, Mamata Banerjee, quien llegó a protagonizar una huelga de hambre y prometió la devolución de las tierras a los lugareños.
El Trinamul de Banerjee venció en los comicios regionales del pasado mayo y aprobó este mes una ley que dictamina la expropiación a Tata.
La presión popular ha conseguido con frecuencia en la India que se interrumpan grandes proyectos industriales.
En el caso más reciente, el gobierno del estado de Orissa (este) ha parado la adquisición de tierras para el complejo siderúrgico de la acería Posco, el mayor proyecto de inversión extranjera en la India, también por protestas de los campesinos.