La responsable de la actividad de viajes de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), Barbara Dalibard, indicó en una entrevista publicada hoy por Le Parisien que esa reducción del 25 por ciento será respecto a las tarifas en un tren clásico y que los convoyes estarán configurados de forma específica para una oferta de bajo coste.
Se tratará de trenes de dos pisos en clase única con capacidad para 1,200 personas cada uno, en lugar de 1,000 actualmente, con asientos específicos, sin coche-bar, y que realizarán entre ocho y nueve trayectos diarios entre estaciones en las afueras de París (como la que hay junto al parque Euro Disney) y las ciudades de Lyon, Montpellier y Marsella, precisó Dalibard.
Los usuarios sólo podrán comprar en internet su billete, que no será reembolsable. Si llevan más de una maleta, tendrán que pagar un suplemento por las siguientes y habrán de estar en el tren 45 minutos antes de la salida para que el control del billete se pueda hacer en el andén y evitar así fraudes.
Para reducir los costos, la SNCF tiene intención de que esos trenes funcionen una media de doce horas diarias, frente a las ocho habituales para los TGV en servicio y el mantenimiento se hará en horario nocturno en unos talleres de Lyon.
La empresa va a invertir 10 millones de euros para lanzar esta ofensiva comercial, con la que quiere captar nuevos clientes, y espera que pueda ser rentable en el horizonte de 2017.
Desde hace varios años, la SNCF ha puesto en marcha tarifas más reducidas con algunos vagones en ciertos trayectos de sus trenes cuyos billetes están sujetas a ciertas condiciones más restrictivas.
Sus TGV compiten directamente en algunas líneas interiores con el avión, en particular en las que conectan París con Marsella y Montpellier hacia el sur y Estrasburgo al este.