En este proceso de descarbonización, la meta más inmediata es convertirse en neutro en carbón antes de 2025 y no emitir en 2050, sostiene Vermont en una entrevista a EFE en el marco de la XXV Cumbre de la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP25) que se celebra en Madrid.
"Hace 20 años, Schneider Electric optó por la descarbonización de la producción y distribución de la energía y después la de las empresas proveedoras", señala Vermont.
Esto es posible gracias a la "transformación digital que representa una oportunidad para mejorar la forma de gestionar la energía y la estrategia para combatir el cambio climático".
La utilización de energía renovable gestionada digitalmente ha abierto la puerta a un mundo sin emisiones y para reducir la contaminación de forma más rápida, lo que facilita cumplir con el compromiso de reducción del 30 por ciento inicial, según Vermont.
Para Schneider Electric, los edificios, los centros de datos, las infraestructuras y la industria son responsables de alrededor del 70 por ciento del uso de la energía en el mundo.
En 2040 podrían eliminarse la mitad de las emisiones globales de CO2 si se implementaran medidas de ahorro energético en el 50 por ciento de los edificios e industria existentes, junto con iniciativas de electrificación y descarbonización globales.
Estos aspectos redundarían en el precio de la energía, añade Vermont.
La digitalización en internet se ha constituido en un "organizador de la vida de la gente y de las empresas, cada segundo se conectan más de 50 millones de máquinas a la red, desde ordenadores hasta lavadoras o neveras".
La responsabilidad social corporativa (RSC) de Schneider Electric, implantada en más de 120 países, con 200 plantas y más de 140,000 empleados, es "un acelerador, una llave para ir hacia la descarbonización".
Para ello han enfocado la estrategia de la empresa en tres aspectos: alinearse para ser mejores y acelerar la descarbonización, ser mejores actores sostenibles y éticos y buscar soluciones para la distribución de energía entre las más de 2,000 millones de personas que no tienen energía en el mundo.
Entre ellas, el 10 por ciento de la población europea que padece pobreza energética, asegura el ejecutivo de la compañía francesa.
Teniendo en cuenta que las necesidades de energía aumentarán en más de un 40 por ciento para 2040, es necesario, subraya, "repensar el modo en el que funciona el transporte, las ciudades y la producción de energía".
"Queremos ser ambiciosos en sostenibilidad y mantener los tres principios", concluye Vermont, quien ha participado en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático y forma parte de la Comisión de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).