“Tenemos una fuerte presencia en Santiago de Chile. En 2005, cuando el sistema de autobuses integrados se estableció, Volvo fue su mayor proveedor. Nuestros autobuses ayudaron a la ciudad a dar un gran paso en materia de mejora de movilidad urbana, cuyos beneficios se sienten aún hoy”, dijo Fabiano Todeschini, presidente de Volvo Buses Latinoamérica.
El chasis Volvo B8R, base de las 120 unidades, cuenta con tecnología de punta. El vehículo está equipado con un sistema electrónico de frenado de discos, suspensión eléctrica, el Sistema de Manejo de Flotas de Volvo y I-Coaching, un instructor de manejo virtual.
Además, las unidades que circulan en Chile ofrecen el sistema de control automático de velocidad de Volvo, un mecanismo que aprovecha la conectividad vía GPS para identificar tramos críticos, con alta incidencia de accidentes, y así limitar la velocidad máxima independientemente de las acciones del conductor. Aprobada después de un año de uso en Curitiba, Brasil, donde los choques en el sistema BRT fueron reducidos en 50 por ciento, esta tecnología se ha convertido en un estándar de fábrica en todos los vehículos pesados de la marca en el continente.
Los motores de los 120 autobuses Volvo se adhieren a los estándares Euro VI en materia de control de emisiones, para así cumplir con los requerimientos ambientales. “Santiago está en un valle rodeado de montañas. La ciudad está enfocada en reducir emisiones, debido a las dificultades topográficas de dispersar material particulado en el aire”, comentó Alexandre Selski, director estratégico de Volvo Buses en Latinoamérica.
La flota de transporte público de Santiago cuenta actualmente con 6,700 autobuses, de los cuales 2,800 son Volvo. “Al igual que en otras ciudades con sistemas de transporte urbano, somos la marca líder en chasises de alta capacidad en Santiago”, afirmó José Antonio Margalet, director comercial de autobuses en Volvo Chile. Al igual que en el país suramericano, en la capital mexicana Volvo es uno de los principales proveedores de autobuses tanto para el sistema BRT local, el Metrobús, como para la Red de Transporte de Pasajeros (RTP).
Una de las cinco metrópolis más grandes del continente en cuanto a población, Santiago, la capital y ciudad más grande de Chile, tiene una solución de transporte público muy bien estructurada. La Red Metropolitana de Movilidad, (RED), antiguamente conocida como Transantiago, integra autobuses, trenes y una red de Metro, que permite el desplazamiento entre los 32 distritos de la ciudad y su área metropolitana. El sistema transporta a cerca de 6.2 millones de usuarios al día.