Traducido como Movilidad Inteligente Constante, o "SAM" por sus siglas en inglés, este sistema vanguardista desarrollado a partir de tecnología de la NASA conecta la Inteligencia Artificial (IA) integrada en el coche con la actuación de las personas. En otras palabras, la columna vertebral del SAM combina máquinas y humanos para ayudar a los vehículos autónomos a tomar decisiones en situaciones impredecibles, como por ejemplo unas obras en la carretera.
El objetivo no es eliminar al ser humano del sistema, sino utilizar la inteligencia humana más estratégicamente para apoyar un sistema más amplio de movilidad autónoma para ayudar a mejorar la inteligencia artificial de los vehículos en tiempo real, de modo que el propio sistema mejore la tecnología autónoma a partir de la experiencia. Gracias a ello, cuando un vehículo afronta un obstáculo en su camino y encuentra la mejor forma de solucionarlo, enviará esta información a la nube para que el resto de vehículos con el sistema SAM adquieran este aprendizaje y lo apliquen.
El software NASA VERVE (Visual Environment for Remote Virtual Exploration), utilizado para visualizar y supervisar estos robots, fue el punto de partida para la plataforma SAM de Nissan. Los robots de la NASA utilizan tecnología autónoma para evitar obstáculos y calcular rutas alternativas de conducción seguras en el caso de situaciones imprevistas e inciertas. Cuando el entorno dificulta la toma de decisiones autónoma, los supervisores de la NASA dibujan la ruta deseada y la envían al robot para su ejecución.
Integración Inteligente de la mano de la NASA
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El SAM es una pieza clave en la estrategia de Nissan para la Integración Inteligente entre los vehículos y su entorno. El director del Centro de Investigación de Nissan en Silicon Valley, Maarten Sierhuis, explica: "Construir un sistema autónomo para un vehículo es como construir un robot que conduce a 120 km/h estando muy cerca de otros robots. Cuando piensas en seres humanos interactuando entre ellos y con robots, hay que tener en cuenta que el vehículo se cruzará con agentes múltiples como peatones, ciclistas u otros vehículos, por lo que es importante que reconozca qué está haciendo cada uno de ellos y en relación con los otros".
Sierhuis añade: "Uno de nuestros focos de estudio actuales es la posibilidad de que el vehículo pueda obtener información del sistema de tráfico y predecir, entre otras cosas, qué semáforos estarán en verde y cuánto tiempo tardarán en cambiar a rojo. Así, el futuro vehículo autónomo será capaz de reprogramar una ruta automáticamente teniendo en cuenta qué semáforos estarán en verde. Con ello, optimizamos la gestión del tráfico a una escala todavía mayor".
Además de colaborar con la NASA, el Centro de Investigación de Nissan, situado en Silicon Valley y responsable de las nuevas tecnologías para vehículos autónomos, tiene una estrecha relación con la Universidad de Stanford y la UC Berkeley. La compañía también está en contacto directo con un amplio abanico de compañías especializadas en software e inteligencia artificial que también se encuentran en Silicon Valley.
Una visión hacia el futuro de la movilidad
Bajo la visión 'cero emisiones y cero accidentes", Nissan cree que la movilidad es para el bien de la sociedad, y esa es una de las razones por las que Maarten Sierhuis se integró a su equipo de trabajo focalizado en la relación entre humanos y vehículos autónomos.
"Es emocionante pensar en una sociedad con un sistema de movilidad que permita interactuar con vehículos capaces de transportarnos de la mejor forma posible desde nuestra casa a la escuela para recoger a los niños, o en cualquier otro desplazamiento de nuestra vida diaria. Vehículos totalmente integrados en el tráfico urbano, y que permitirán también el desarrollo de flotas de vehículos comerciales autónomos para empresas de entrega, servicios de taxis o sistemas de transporte en general", apunta Sierhuis.
En este sentido, y con el objetico de perfeccionar la tecnología sin conductor para usos comerciales, este año Nissan pondrá en marcha varias pruebas en Japón de la mano de DeNA, la empresa de Internet líder en el país nipón.