En un comunicado, el fabricante francés de neumáticos explicó que reducirá hasta 1,200 puestos de trabajo en sus centros industriales y hasta 1,100 en los terciarios en Francia, donde su plantilla supera las 20,000 personas.
El objetivo es mejorar la competitividad en hasta un 5 por ciento anual en ambos sectores.
La empresa recordó que desde hace una decena de años se han producido "profundas transformaciones estructurales en el mercado mundial del automóvil", en particular por la irrupción masiva de productos de bajo costo.
Adicionalmente, la crisis del coronavirus se ha traducido en un bajón de la venta de automóviles nuevos el pasado año, que en Francia fue superior al 25 por ciento.
Michelin insistió en que la respuesta en Francia pasa por "un reforzamiento significativo de su competitividad" mediante la modernización de sus fábricas de producción, que deben centrarse en neumáticos de gama alta y de especialidades (para máquinas de obras públicas, minas y aviones) con un alto contenido tecnológico.
Además, aseguró que continuará con "su estrategia de localización en Francia de nuevas actividades de alto valor añadido, en particular en los servicios, los materiales sostenibles, la transición energética y el reciclaje".
Por lo que respecta a la disminución de efectivos, propone a los sindicatos "abrir rápidamente la negociación de un acuerdo marco de una duración de tres años".
En ese acuerdo, ofrecerá prejubilaciones a todos los trabajadores elegibles, lo que representará "cerca del 60 por ciento" de las supresiones de empleos, y medidas de movilidad externas para el resto.
El presidente, Florent Menegaux, afirmó que "la ambición de este proyecto es que Francia, cuna de Michelin, siga siendo un país clave de la transformación estratégica del grupo en los próximos años".
"Nuestra responsabilidad económica consiste en reforzar nuestra eficiencia global desarrollando nuevos proyectos de actividades con fuerte valor añadido", apuntó Menegaux.