La declaración se conoce al cumplirse hoy un año desde que Ghosn fue detenido por sorpresa en el aeropuerto internacional de Haneda, al llegar a Tokio, en el comienzo de un proceso que terminó con él en la cárcel, aunque ahora está en libertad bajo fianza.
Ghosn, de 65 años, que llegó a ser presidente de Nissan Motor, de Renault y de Mitsubishi Motors, está siendo procesado por varios delitos económicos y lesiones a la confianza de la empresa. Se espera que el juicio comience el próximo abril.
El equipo legal que lo defiende aseguró hoy que Ghosn sigue determinado a demostrar su inocencia y a "enfrentar resueltamente los cargos" de los que se le acusa.
Recordó que estuvo bajo detención provisional durante 129 días y que las condiciones de fianza impuestas fueron "inhumanas e irracionales" porque, entre otras cosas, le prohíben el contacto con su esposa.
Carole Ghosn pudo estar supuestamente vinculada a las operaciones irregulares de las que se le acusa a su marido a través de una empresa propietaria de un yate en la que figura como presidenta, según dijeron fuentes judiciales a medios nipones.
Sin embargo, la esposa, de nacionalidad estadounidense y libanesa, niega los hechos, al igual que su marido respecto a las acusaciones levantadas contra él.
Los abogados de Ghosn acusan a la fiscalía de Tokio de filtrar informaciones a los medios de comunicación, de crear una "imagen injusta" del empresario y de "ocultar evidencias" a los defensores del expresidente de Nissan Motor.
"Está esperando la oportunidad de dejar las cosas claras y reunirse con su familia", agrega la declaración.
Carlos Ghosn, con nacionalidad brasileña, francesa y libanesa, se enfrenta a cuatro causas judiciales, dos de ellas por el presunto ocultamiento de las compensaciones económicas pactadas con Nissan y otras dos por supuesto abuso agravado de confianza de la empresa o por desviar fondos de Nissan para asuntos personales.