1. Electrificación
Los grandes protagonistas del Salón de Frankfurt IAA 2019 fueron los coches eléctricos e híbridos, con novedades en todos los segmentos y un mensaje claro de los fabricantes de automóviles presentes: la electrificación es el camino y las principales inversiones son para esa tecnología.
Schaeffler apoya a los fabricantes de automóviles en su camino hacia la movilidad eléctrica con su amplia cartera de tecnologías. "Tenemos productos para todos los niveles de electrificación, desde la hibridación suave a vehículos híbridos completos e híbridos enchufables, pasando por motores eléctricos de alto rendimiento para vehículos eléctricos puros", explica Matthias Zink, CEO de Schaeffler Automotive OEM.
Schaeffler ya tiene productos y sistemas de movilidad eléctrica presentes en los nuevos modelos de Porsche o Audi, incluso en Toyota. Y en la IIA presentó una familia de motores eléctricos diseñada para ser eficiente y tener una buena relación precio/rendimiento, con aplicaciones que van desde módulos híbridos y transmisiones híbridas dedicadas (DHTs) hasta motores eléctricos para transmisiones de ejes eléctricos. Los rangos de tensión van de 48 a 800 V y los niveles de potencia, de 15 a más de 300 kW. La producción en serie de esta gama para una serie de proyectos de clientes en todo el mundo comenzará en 2021. "Comprender y dominar las transmisiones, los motores eléctricos y la electrónica de potencia es un arte en sí mismo", explica Jochen Schröder, director de la división de E-Mobility de Schaeffler. "Convertir estos elementos en un sistema general que funcione y una cadena cinemática es otra disciplina. Somos expertos en ambos”.
2. Valorar las emisiones completas: la cadena energética
Schaeffler conoce a la perfección la cadena energética, porque sus productos y soluciones están presentes en todos sus eslabones, desde la generación de energía hasta su utilización en vehículos. Para conseguir una movilidad del mañana sin emisiones hay que considerar toda esa cadena y producir energía limpia, porque trasladas las emisiones de un punto de la cadena a otro –de los coches a las centrales térmicas- no tiene ningún impacto en el balance general de CO2.
Klaus Rosenfeld, consejero delegado de Schaeffler AG apunta a las tecnologías de almacenamiento de electricidad para equilibrar la fluctuante disponibilidad de fuentes de energía renovables, y a la creciente importancia de alternativas como el hidrógeno. En su trabajo inicial de desarrollo de componentes para pilas de combustible de hidrógeno, Schaeffler está aprovechando su experiencia tradicional en tecnología y conformación de materiales y tecnología de superficies.
3. Seducir al consumidor
Todavía hay retos que superar para que la demanda de automóviles eléctricos sea masiva (en el primer semestre de 2019 supusieron un 1.9 por ciento de las ventas mundiales). La oferta de modelos y fabricantes de automóviles implicados es cada vez mayor. Y desde el punto de vista técnico, la autonomía y tiempos de carga que ofrecen los coches eléctricos de última generación ya están muy cerca de satisfacer las necesidades de la inmensa mayoría de los usuarios. Pero todavía queda rebajar el precio de las baterías, que suponen alrededor del 45 por ciento del costo de un coche eléctrico. Y también ampliar la infraestructura de puntos de carga.
Mathias Zink, CEO de la División Automotive OEM, cree que “hay que alcanzar un punto en común entre los diferentes intereses presentes en la transformación de la movilidad. Están el sector energético, el del automóvil, los consumidores... pero hasta el momento no ha sido posible crear un frente común. En Schaeffler estamos trabajando a todos los niveles con esta idea, desde las principales asociaciones, a los foros políticos más influyentes. Es un escenario holístico, en el que deben considerarse todos los factores y visiones”.
4. Los motores de combustión, clave en la transición energética
Según las estimaciones de Schaeffler, en 2030 un 30 por ciento de los automóviles tendrá motor de combustión, un 40 por ciento serán híbridos y un 30 por ciento puramente eléctricos. “Dicho de otro modo, un 70 por ciento tiene un motor de combustión y un 70 por ciento tiene un motor eléctrico, evidenciando cómo ambas tecnologías se solapan”, en palabras de Matthias Zink, CEO de Schaeffler Automotive OEM.
De esta forma, para cumplir los objetivos de París y contener a 2 grados el aumento de temperatura media del planeta, hay que avanzar en la hibridación y en la electrificación, y seguir trabajando en los motores de combustión, cuyos consumos y emisiones de CO2 tienen mucho margen de mejora. Solo con las tecnologías que Schaeffler ya ofrece en la actualidad (trenes de válvulas completamente variables, hibridación de 48V, módulo de gestión térmica, reducción de la fricción interna…) las emisiones de los motores de combustión pueden reducirse las hasta en un 15 por ciento.
5. El camino hacia el vehículo autónomo
Los sistemas de asistencia a la conducción siguen avanzando y sentando las bases de una conducción cada vez más automatizada. Schaeffler mostró en la IAA 2019 la última versión del Schaeffler Mover, una plataforma de vehículo autónomo y altamente adaptable que reúne numerosas innovaciones tecnológicas propias. En el corazón de este nuevo concepto de vehículo se encuentra un sistema de chasis con tecnología Space Drive drive-by-wire, que Schaeffler considera clave para la conducción autónoma. La plataforma incluye cuatro módulos Intelligent Corner Module, que integran motor, transmisión, dirección y suspensión en una única unidad, con un considerable ahorro de espacio.
También se desveló en Frankfurt la unidad de control XTRONIC, que acaba de comenzar a producirse en serie para varios constructores de presencia global. Esta nueva unidad de control combina funciones de seguridad, monitorización, operación y confort en un solo sistema. Además, incluye una amplia gama de componentes integrados e interconectados, desde sistemas de entretenimiento hasta el control del estado de los diferentes componentes del vehículo. Esta interconexión entre sistemas de asistencia al conductor junto con radar, lidar, ultrasonido e incluso inteligencia artificial, proporcionan la base tecnológica que hace posible la conducción autónoma.