"Estamos cerrando toda nuestra actividad en Suecia con excepción de unas pocas funciones claves, en estas circunstancias no es posible hacer negocios ni aquí ni en otros mercados, lo mejor es adaptarse a la situación y planear el regreso", señaló en un comunicado su consejero delegado, Martin Lundstedt.
Volvo había cerrado hace unos días sus fábricas en Bélgica y Francia debido al coronavirus, lo que había limitado su capacidad productiva.
El fabricante sueco, que tiene producción en 18 países y opera en 190, señaló que está evaluando medidas similares en otros mercados.
El consejo de administración de Volvo había comunicado ayer su decisión de mantener en la próxima asamblea general la propuesta de repartir un dividendo ordinario de 5.50 coronas (0.49 euros) por acción, pero retirará la de otro adicional de 7.50 coronas (0.67) por título por la crisis del COVID-19.
El grupo Volvo, que el año pasado ganó más de 3,000 millones de euros netos, fue creado en 1927 y se deshizo en 1999 de su división de coches, comprada por la estadounidense Ford y en la actualidad controlada por el fabricante chino Geely.