La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) aseguró que el fiscal general, Ghasan Oueidat, ha decidido permitir a Ghosn residir en el país pero le "impide viajar" fuera en base a esa circular, que solicita arrestarle de forma preventiva a la espera de extradición, entrega u otra acción judicial similar.
De momento, se han dado a conocer los cargos legales a los que Ghosn se podría enfrentar en el Líbano, donde la Fiscalía le está investigando por la "normalización de las relaciones económicas con Israel".
Tres abogados libaneses denunciaron hace unos días a Ghosn por un viaje que realizó el empresario en 2008 a Israel, país que se encuentra técnicamente en guerra con el Líbano.
En ese sentido, Ghosn pidió ayer perdón a los libaneses en una rueda de prensa en Beirut y señaló que no viajó "como libanés sino como director de Nissan-Renault" para el lanzamiento de un coche eléctrico.
El exdirectivo de 65 años apareció ayer en público por primera vez desde su fuga y afirmó que estaba "preparado para quedarse mucho tiempo" en el Líbano, país donde se crió y del que tiene la nacionalidad, además de la brasileña y francesa.
Asimismo, señaló que estaba dispuesto a enfrentarse a un "juicio" siempre y cuando este sea "justo".
Ghosn apareció en la víspera de año nuevo en la capital libanesa tras huir de Japón en un avión privado que hizo escala en Turquía.
Aunque ayer rehusó dar detalles sobre cómo escapó, indicó que las razones de su huida fueron: el sistema judicial "injusto" nipón, que no quería morir en ese país y que quería estar con su mujer, a la que solo había visto dos horas en nueve meses.
Ghosn está acusado de irregularidades financieras durante su gestión al frente de Nissan, permaneció detenido 130 días en total, hasta que quedó en libertad bajo fianza el 25 de abril pasado.
La ministra de Justicia de Japón, Masako Mori, retó al fugitivo este jueves a defender su inocencia en los tribunales japoneses, aunque Japón y el Líbano no tienen un acuerdo de extradición.