"El camino para un acuerdo es aún largo pero es una oportunidad", refirió hoy el consejero delegado del coloso italo-estadounidense, Michael Manley, en una comparecencia ante los analistas después de la publicación de los resultados del tercer trimestre del 2019.
El "espíritu" de la operación, confirmada en la mañana de este jueves, es el de "generar mucho valor" y "un beneficio significativo para todos los involucrados" en la misma.
PSA y FCA, esta última con marcas como Jeep, Dodge, Lancia, Alfa Romeo o Maserati, planean "unir fuerzas" para ser la cuarta compañía automovilística del mundo, con sinergias estimadas en 3,700 millones de euros y sin cerrar fábricas, según una nota conjunta.
Las negociaciones en curso abren "el camino a la creación de un nuevo grupo de dimensiones y recursos globales, mantenidos en un 50 por ciento por los accionistas de PSA y por el 50 por ciento de los de FCA".
Anunciaron además que la nueva sociedad bajo una empresa matriz holandesa "tendría representación equilibrada (cinco nombrados por FCA y cinco por PSA) y mayoría de consejeros independientes".
El presidente sería John Elkann (actual presidente de FCA), mientras que el consejero delegado sería Carlos Tavares (actual presidente de PSA), quien también formará parte del consejo de administración y tendrá un mandato de cinco años.
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La fusión, añaden, crearía el cuarto fabricante de coches del mundo por ventas anuales con un total de 8.7 millones de vehículos e ingresos combinados de casi 170,000 millones de euros y un resultado operativo de más de 11,000 millones de euros.
Iría por detrás en dimensiones de General Motors, Volkswagen y de la alianza formada por Renault, Nissan y Mitsubishi y del japonés Toyota.
La nueva empresa matriz con sede en los Países Bajos cotizaría en Euronext (París), Borsa Italiana (Milán) y la Bolsa de Nueva York y continuarían manteniendo una presencia importante en las actuales oficinas centrales de operación en Francia, Italia y Estados Unidos.
Este nuevo proyecto de fusión se produce después de que Fiat hace unos meses presentase una oferta para combinarse con la rival de esta, Renault, y que fracasó debido a la falta de apoyo del gobierno francés y de su socio Nissan.
En esta ocasión, el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, dio este jueves su visto bueno a este proyecto de fusión que a su juicio responde a las necesidades del sector.
Por su parte el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, rechazó valorar una operación de mercado pero aseguró que su Gobierno se encargará de mantener el nivel de producción y de empleo en Italia, una reclamación que llegó de todas las ciudades con fábricas FCA.
El presidente de la patronal italiana Confindustria, Vincenzo Boccia, aplaudió una operación que, señaló, muestra una tendencia europea: "Necesitamos gigantes europeos para afrontar los retos con China y Estados Unidos", celebró en un acto en Bolzano (norte).
Mientras, la confirmación de estos planes fue acogida con diferente ánimo en la Bolsa de Milán y en la de París. En la primera, el título de FCA aumentó su valor en un 8.84 por ciento, hasta los 14 euros por acción. En la segunda, PSA cayó un 12.86 por ciento, en los 22.7 euros por acción, la mayor pérdida del selectivo CAC40.
La noticia coincidió con la publicación de los resultados de FCA en los primeros tres trimestres de 2019: En ese periodo, el grupo tuvo un beneficio de 5,092 millones, el 54 por ciento más respecto al mismo periodo del año anterior, debido a la venta de Magneti Marelli.
El beneficio operativo ajustado (ebit) fue de 4,553 millones, respecto a los 4,907 millones del mismo periodo de 2018; el beneficio antes de los impuestos de 2,091 millones, frente a los 3,027 millones de finales de septiembre del año anterior, y los ingresos bajaron a los 78,544 millones, frente a los 80,938 millones interanuales.
En el tercer trimestre sin embargo FCA tuvo unas pérdidas de 179 millones de euros respecto a los 1,400 millones de benéficos del mismo periodo del año anterior debido a una racionalización de su cartera de productos.
Los ingresos netos alcanzaron en este tercer trimestre los 27,322 millones con una mínima variación negativa del 1 por ciento y el ebit ajustado fue de 1,959 millones, un 5 por ciento más que los del primer trimestre del año pasado.