Ghosn, detenido en Tokio el 19 de noviembre del año pasado bajo la acusación de varios delitos económicos vinculados con su gestión al frente de Nissan, el 25 de abril pasado quedó en libertad bajo fianza con una serie de condiciones impuestas por el juez.
Estas condiciones le restringen los contactos con parientes y excompañeros de Nissan pero le permiten salir de su domicilio y, según el jefe del equipo legal que lo defiende, Junichiro Hironaka, visita su bufete "casi a diario" y accede a un ordenador para revisar los expedientes judiciales e información diversa.
"El problema es que hay alguien a bordo de automóviles y motocicletas que persistentemente lo están siguiendo cuando él sale de casa y estamos buscando qué hacer con esto", indicó el letrado.
El abogado no quiso apuntar quién es el responsable, pero dijo que, aunque saben quién lo está haciendo "directamente", desconocen "quién está detrás de ello".
Hironaka evitó dar más precisiones, pero manifestó que no cree que se trate de medios de comunicación.
"Diría que es acoso psicológico", declaró el abogado en una comparecencia en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón (FCCJ, en inglés) al revisar el estado actual del caso.
Ghosn comenzará a ser juzgado a partir de abril próximo. Se enfrenta a cuatro causas, dos de ellas por el presunto ocultamiento de las compensaciones económicas pactadas por Ghosn con Nissan y otras dos por presunto abuso agravado de confianza de la empresa o por desviar fondos de Nissan para asuntos personales.
El equipo legal de Ghosn defiende su inocencia y en octubre pasado presentó un recurso al acusar a la fiscalía de "conductas ilegales", pidiendo que se desestimen los cargos presentados contra él al considerar que carecen de evidencias que los sustenten.
Los abogados están a la espera de que la Justicia se pronuncie sobre ese recurso.