Bombardier dijo que su plan para racionalizar sus operaciones involucrará la venta de activos no esenciales por un valor de unos 900 millones de dólares canadienses (687 millones de dólares estadounidenses).
La compañía ha alcanzado acuerdos sobre la venta de su programa de aviones serie Q y de la marca comercial Havilland a una subsidiaria propiedad de Longview Aviation Capital Corp. por aproximadamente 300 millones de dólares canadienses (229 millones de dólares).
También alcanzó acuerdos sobre la venta de sus actividades de capacitación técnica a la firma de tecnología de aviación CAE y la monetización de sus regalías por aproximadamente 800 millones de dólares canadienses (610 millones de dólares).
Se espera que las dos transacciones concluyan en el segundo semestre de 2019, luego de las usuales aprobaciones de los órganos de regulación, indicó Bombardier.
Se calcula que la recaudación neta de las transacciones ascenderá aproximadamente a 900 millones de dólares canadienses después de asumir ciertos pasivos, tarifas y ajustes de cierre.
La compañía con sede en Montreal también anunció una reestructuración para optimizar los procesos de producción y administración, con lo cual se espera eliminar unos 5.000 empleos y generar ahorros anuales por alrededor de 250 millones de dólares canadienses para el año 2021.
Bombardier reportó un ingreso neto de alrededor de 149 millones de dólares canadienses en el tercer trimestre del año, comparado con una pérdida de 100 millones de dólares canadienses en el mismo trimestre del año pasado. La compañía mencionó en una directriz que su objetivo es un crecimiento de por lo menos 10 por ciento en sus ingresos para elevar el valor de 18,000 millones de dólares canadienses en el año fiscal de 2019.